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Qué hacer con las sobras de filete: Ideas inteligentes y sabrosas

¿Tienes restos de filete en la nevera y no sabes qué hacer con ellos? A todos nos ha pasado. Has cocinado algo estupendo, tal vez un jugoso entrecot o una falda a la plancha, y ahora tienes unas cuantas lonchas por ahí, mirándote cada vez que abres la nevera. Buenas noticias: ese filete no se va a desperdiciar. Desde quesadillas con queso hasta ensaladas atrevidas, sopas acogedoras y arroz frito para el día siguiente, hay muchas formas fáciles de darle nueva vida. Tanto si dispones de cinco minutos como de media hora, hemos recopilado ideas de comidas sencillas que te ayudarán a aprovechar las sobras sin tener la sensación de estar comiendo, bueno, sobras.

Si tienes un filete sobrante en la nevera, lo mejor es saber qué hacer con él antes de que se convierta en un "recipiente olvidado". Ahí es donde ReciMe te puede salvar la vida. Lo hemos creado para que sea algo más que un organizador de recetas: es tu compañero de cocina para sacar el máximo partido a lo que ya tienes. Puedes guardar recetas, hacer un seguimiento de tu historial culinario e incluso crear listas de la compra a partir de esos cachivaches, como el solomillo en rodajas que espera su segundo acto. Tanto si preparas un arroz frito en cinco minutos como si planificas una semana de comidas, ReciMe mantiene todo organizado, te inspira nuevas ideas y hace que el proceso sea divertido.

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La regla de oro: Primero cortar y luego planificar

Hay una medida sencilla que marca una gran diferencia: cortar el filete antes de guardarlo en el frigorífico. Deje que el filete se enfríe un poco (a temperatura ambiente) antes de cortarlo en lonchas y guardarlo en el frigorífico: meter la carne caliente directamente en el frigorífico puede elevar la temperatura interna y aumentar el riesgo de proliferación de bacterias.

Las rodajas finas también cambian las reglas del juego a la hora de recalentar. Se calientan de forma más uniforme, se mantienen más jugosas y son mucho más versátiles, perfectas para mezclarlas en salteados, apilarlas en sándwiches o añadirlas a ensaladas. Así que la próxima vez que tengas sobras, tómate dos minutos para cortarlas primero. En el futuro se lo agradecerá.

1. Filete para desayunar: Despertar con hambre

¿Bistec para desayunar? Pues sí. Si nunca has incluido el filete de ayer en tu rutina matutina, te estás perdiendo una forma muy satisfactoria de empezar el día. Aquí tienes tres maneras de convertir la cena de anoche en la razón por la que te levantas de la cama.

Hachís de buey y huevos

Es un clásico, pero nunca pasa de moda, sobre todo si se hace bien. Coge una sartén, ponla a fuego medio-alto y prepara las patatas. Quieres que estén doradas y crujientes por los bordes y blandas por dentro. Añade las cebollas y los pimientos picados (del color que tengas a mano) y saltéalos hasta que empiecen a caramelizarse.

Ahora echa el filete que te ha sobrado. Córtalo en dados del tamaño de un bocado o en lonchas finas, no hace falta darle demasiadas vueltas. Deje que se chamusque durante uno o dos minutos hasta que esté bien caliente y un poco crujiente por los bordes. Si el filete ya estaba bien sazonado, puede que no necesites nada más. Pero una pizca de pimentón ahumado o un poco de ajo en polvo no le vendrán mal.

Cúbrelo todo con un huevo frito (o dos, seamos realistas). Deja que las yemas queden líquidas para que se derramen y hagan un poco de salsa para el hash. Es abundante, satisfactorio y, sinceramente, mejor que la mayoría de los lugares de brunch.

Complementos opcionales:

  • Una pizca de queso cheddar rallado o feta desmenuzado
  • Hierbas frescas como perejil o cebollino
  • Un chorrito de salsa picante o chimichurri si te sientes atrevido

Burritos de desayuno con filete

Esta es tu comida "todo en uno", que sirve tanto para el desayuno como para una comida rápida. Revuelve un par de huevos, añade un puñado de queso rallado y, mientras se cocina, calienta los restos de filete en una sartén. Córtalo en lonchas finas para que se mezcle fácilmente.

Ahora ponlo todo en capas en una tortilla caliente, la harina funciona mejor para envolverlo. Añade extras si los tienes: tomates cortados en dados, aguacate, un poco de salsa o incluso judías negras para darle más sustancia.

Envuélvelo bien, tuesta el exterior en una sartén seca durante un minuto para sellarlo y tendrás un desayuno que viaja bien y te llena sin pesarte.

Consejo profesional: Haz unos cuantos a la vez, envuélvelos en papel de aluminio y guárdalos en la nevera o el congelador. El futuro te lo agradecerá.

Sándwich de bistec y huevo

Este es un plato un poco extravagante sin pretenderlo demasiado. Empieza con un panecillo de chapata crujiente o una buena rebanada de masa madre, el pan que más te guste y que tengas por ahí. Tuéstalo.

Mientras tanto, calienta el filete en una sartén o en la parrilla. No te pases, sólo caliéntalo para que no se ponga duro. Fríe un huevo por encima o haz un revuelto suave si te gustan más los huevos cremosos.

Ahora las capas: un poco de pesto (o mostaza, o un poco de mayonesa si tienes), unas cuantas hojas de rúcula o espinacas tiernas, el filete caliente y el huevo. Presiona suavemente el trozo de pan superior, córtalo por la mitad si te sientes civilizado, y come.

Es desordenado, pero en el mejor sentido. Envuélvelo en pergamino si quieres contener el caos.

2. Ensaladas que sacian

Seamos sinceros: no todas las ensaladas son iguales. Algunas parecen más una guarnición que pretende ser un almuerzo. ¿Pero con un poco de filete sobrante? Cambia el juego. Consigues ese aporte de proteínas y sabor que hace que la comida resulte satisfactoria, sin tener que ir a la caza del bocadillo a las 3 de la tarde.

Estas no son las ensaladas que comes porque debes. Estas son las que realmente querrás volver a hacer.

Ensalada de bistec con queso azul

Esta es tu receta favorita si tienes antojo de algo cremoso, ácido y totalmente satisfactorio. Empieza con lechuga romana crujiente y añade tomates cherry cortados por la mitad para darle ese toque jugoso. Las cebollas rojas encurtidas añaden un toque picante (y son ridículamente fáciles de hacer con antelación, sólo tienes que cortarlas en rodajas finas y remojarlas en vinagre con una pizca de azúcar y sal durante 15 minutos).

Ahora la estrella: finas lonchas de filete de carne que han sobrado, recalentadas suavemente para que no se sequen. Colócalas sobre la ensalada y rocíalas con tu aderezo favorito de queso azul. Si tienes unos minutos extra, mezcla nata agria, mayonesa, queso azul desmenuzado, zumo de limón y un chorrito de leche hasta que esté en su punto.

Complementos opcionales: Nueces o pacanas confitadas, rodajas de aguacate, una pizca de pimienta negra.

Es atrevida, rica y se mantiene. No está mal para una ensalada de limpieza de nevera.

Ensalada tailandesa de ternera

Éste es para cuando te apetece algo más ligero pero aún así muy sabroso. Es fresco, lleno de hierbas, y tiene un poco de picante para mantener las cosas interesantes.

Empieza con una base de verduras mixtas o col rallada. Añade rodajas finas de pepino, zanahorias ralladas y las hierbas que tengas, como menta, cilantro y albahaca tailandesa. Ahora añade el filete, cortado en lonchas muy finas a contrapelo.

El aliño es donde se produce la magia: bata el zumo de lima, la salsa de pescado, un poco de azúcar o miel, el ajo picado y los copos de chile (o chiles frescos picados si le gusta el picante). Se vierte sobre la ensalada y se remueve todo bien.

Consejo rápido: Si te sobra arroz jazmín o fideos fríos, añádelos también. Esta ensalada da mucho juego con los extras.

Es ligero, contundente y sorprendentemente saciante. Básicamente lo contrario de aburrido.

Ensalada César

La ensalada César ya es un clásico, pero si le añades un filete, pasa de ser "meh" a digna de una comida. ¿Y lo mejor? Es rápida.

Coge un poco de lechuga romana crujiente y mézclala con tu aliño César favorito. Si te apetece, haz tus propios picatostes cortando el pan del día en dados, mezclándolo con aceite de oliva, ajo en polvo y un poco de sal, y horneándolo hasta que esté dorado.

Calienta el filete sobrante lo suficiente para que no se enfríe (basta con un rápido sellado en una sartén caliente) y córtalo en lonchas finas. Colócalo encima, añade abundante parmesano rallado y termina con un toque de pimienta negra.

¿Te sientes extra? Añade un huevo pasado por agua o unos tomates cherry asados para darle un toque especial.

Este es un almuerzo que parece un capricho pero que se prepara en diez minutos.

3. Tazones de arroz y fideos que no parecen sobras

El bistec con arroz es un clásico por algo, pero no nos detengamos ahí. Con unos pocos productos básicos de la despensa y un poco de creatividad, puedes convertir las sobras de filete en algo totalmente apetecible, como el tipo de cena entre semana que esperas con ansia todo el día.

He aquí cómo hacer cuencos que son mucho más que la suma de sus partes.

Arroz frito con bistec

Este es el plato ideal cuando tienes arroz frío y algunas verduras al azar en la nevera. De hecho, el arroz sobrante es mejor que el fresco, se fríe muy bien y no se hace papilla.

Comienza calentando un chorrito de aceite en una sartén grande o wok. Añade las verduras cortadas en dados: zanahorias, guisantes, pimientos, champiñones, lo que tengas. Cocínalas hasta que estén blandas, apártalas y echa un par de huevos. Revuélvelos en la sartén.

Echa el arroz frío (unas 2 o 3 tazas), desmenúzalo con la espátula y añade el filete cortado en lonchas finas. Añade unos chorritos de salsa de soja, un chorrito de aceite de sésamo y, si quieres darle un toque especial, una pizca de ajo en polvo o unas hojuelas de chile.

Remueve hasta que todo se caliente y el arroz se dore un poco. Boom - la cena está lista.

Bonificación: Haz una gran cantidad. Se recalienta de maravilla para comer al día siguiente.

Beef Lo Mein o Soba Bowls

Este plato es un poco más sofisticado, pero fácil de preparar entre semana. Puedes usar fideos lo mein, soba, ramen o incluso espaguetis, no hace falta que te pases con los fideos. Cocínalos según el paquete y resérvalos.

En una sartén, saltea en un poco de aceite cebollas cortadas, ajo y verduras como bok choy o espinacas. Añade el filete y deja que se caliente.

Ahora prepara una salsa rápida: un par de cucharadas de salsa de soja, un chorrito de vinagre de arroz, un chorrito de miel o azúcar moreno y un poco de jengibre rallado. Añádelo a la sartén y remueve para cubrirlo todo. Vuelve a echar los fideos, mézclalo todo bien y pon por encima cebolletas en rodajas o semillas de sésamo, si tienes.

Es cálido, sabroso, y de alguna manera se siente como una comida que ordenó, a pesar de que está hecho de lo que ya está en su cocina.

Fideos con gochujang al estilo coreano

Estos fideos son muy picantes. El gochujang es una pasta de chile picante coreano con un sabor profundo y sabroso que es totalmente adictivo una vez que te enganchas.

Cocina tus fideos favoritos (soba, ramen, udon, incluso fideos de arroz, todos sirven). En un bol pequeño, mezcla el gochujang, la salsa de soja, un chorrito de aceite de sésamo y un poco de azúcar o miel para equilibrar el picante. Si le gusta el picante, añada un chorrito de vinagre de arroz o zumo de lima.

Calienta una sartén con un poco de aceite, echa el filete cortado en lonchas finas y caliéntalo bien. Añade la salsa y los fideos cocidos a la sartén y remueve hasta que todo esté cubierto y brillante.

Añada hierbas frescas, como cilantro o menta, cebollas de verdeo cortadas en rodajas y un chorrito de lima para darle más brillo.

Atención: Estos fideos son ricos y picantes, por lo que combinan muy bien con una guarnición de ensalada de pepino o un huevo pasado por agua para suavizar las cosas.

4. Algo acogedor: Sopas, guisos y tartas

Esta es la parte del viaje de limpieza del frigorífico en la que las cosas se vuelven profundamente reconfortantes. Cuando trabajas con restos de filete, hay un punto dulce en el que no necesitas mucho, solo unas cuantas verduras, un poco de caldo y un poco de paciencia para que todo se una.

No necesitas un horno holandés ni toda una tarde de domingo. Estas recetas están diseñadas para que sepan a cocción lenta sin serlo.

Sopa de bistec y champiñones

Esta sopa es rica sin ser pesada y parece más elegante de lo que realmente es. Piensa en ella como un atajo a las vibraciones de asador en un tazón.

Empieza salteando champiñones laminados (cremini, blancos o los que tengas) en un poco de mantequilla o aceite de oliva hasta que estén dorados y hayan soltado su humedad. Añade una cebolla picada y un par de dientes de ajo picados. Cocínalos hasta que estén tiernos y fragantes.

Ahora eche el filete en rodajas y deje que se caliente un poco. Vierta unas 4 tazas de caldo de carne. Añade un chorrito de salsa de soja o Worcestershire para darle profundidad, tal vez una ramita de tomillo o una hoja de laurel si tienes.

Déjalo cocer a fuego lento durante 15-20 minutos. Y ya está. Sírvelo con pan crujiente y, si te apetece subir de nivel, añade un chorrito de nata al final para obtener una textura más rica.

No es complicado, pero sabe como algo que pedirías en un acogedor café cuando hace frío.

Estofado de Carne y Pimientos al Estilo Ajiaco

Este aporta un toque latino y es increíblemente satisfactorio. Los ingredientes son humildes: patatas, ajo, filete y pimientos, pero se unen de una forma realmente sabrosa.

Para empezar, corte en dados un par de patatas medianas y cuézalas a fuego lento en agua con sal hasta que estén tiernas. Escúrrelas y resérvalas.

En una olla, caliente un poco de aceite de oliva y sofría la cebolla picada, el ajo y los pimientos rojos dulces cortados en rodajas finas hasta que estén blandos y empiecen a caramelizarse. Añade el filete sobrante cortado en dados y remueve para mezclar. Añade las patatas cocidas, una pizca de comino, un poco de pimentón y sal al gusto.

Ahora añade unas 2 tazas de caldo de carne o agua y deja que todo se cocine a fuego lento durante otros 10-15 minutos para que los sabores se mezclen. Si espesa demasiado, añada un poco más de líquido. Se trata de un guiso que se pueda comer con cuchara.

Acaba con un chorrito de zumo de lima y un poco de cilantro fresco, si te apetece. Es sustancioso, colorido, y alcanza el tipo de notas de comodidad que no sabías que las sobras de carne podrían lograr.

Pastel de carne

Esta es la definición de comida reconfortante. Con una corteza hojaldrada por encima, una sabrosa salsa y tiernos trozos de carne y verduras por debajo, es todo lo que un pastel de carne debería ser, menos las horas en la cocina.

Empieza haciendo un relleno rápido: en una sartén grande, cocina cebolla, zanahoria, apio y guisantes congelados en dados con un poco de mantequilla hasta que estén blandos. Espolvorea una cucharada de harina y remuévela, debe cubrir las verduras como una pasta. A continuación, vierta lentamente 1,5 tazas de caldo de carne (y un chorrito de leche o nata si lo desea muy espeso), removiendo constantemente hasta obtener una salsa espesa.

Añade el filete cortado en dados, una pizca de tomillo o romero, sal, pimienta y deja que se cocine todo junto a fuego lento durante unos minutos. Una vez que el filete esté bien caliente y cubierto con la salsa, viértalo todo en una fuente de horno.

Cúbralo con una lámina de hojaldre comprada en la tienda (o masa de galletas, o puré de patatas si desea un toque de pastel de pastor). Hornear hasta que esté dorado y burbujeante, normalmente 20-25 minutos a 400°F.

Déjelo reposar unos minutos antes de servirlo, estará muy caliente y será difícil resistirse, pero créame, la espera merece la pena.

5. Ideas creativas que quizá no haya probado

Estas no son las típicas comidas de filete y patatas. Son un poco juguetonas, un poco indulgentes y muy divertidas. Si tienes restos de filete, algunos alimentos básicos de la despensa y quizás una copa de vino o una cerveza fría cerca, estas recetas son mágicas.

Pizza de bistec con queso Boursin, espinacas y champiñones

De acuerdo, esto puede sonar extravagante, pero es increíblemente factible y realmente delicioso. Coge una masa de pizza comprada en la tienda (o pan plano, o incluso naan). Precalienta el horno según las instrucciones del paquete o súbelo a 425 °F si vas a improvisar.

Extender una capa generosa de queso Boursin (el de hierbas y ajo es perfecto) justo sobre la corteza. No hace falta salsa de tomate, el queso cremoso es la base. Cubre con un puñado de espinacas tiernas (no te preocupes, encogen), champiñones laminados, cebolla roja fina y, por supuesto, el filete que te ha sobrado. Córtalo en rodajas finas para que se caliente rápido y quede un poco crujiente por los bordes.

Rocíelo con un poco de aceite de oliva, métalo en el horno y hornéelo hasta que la corteza esté dorada y el queso burbujee. Suele tardar unos 10-12 minutos, dependiendo del grosor de la corteza.

Opcional pero muy recomendable: una pizca de escamas de chile o un chorrito de glaseado balsámico justo antes de servir. Es la noche del filete y la noche de la pizza en uno, y de alguna manera todavía se siente un poco elegante.

Brie al horno y patatas fritas

Esto no son patatas fritas como acompañamiento, son patatas fritas como plato principal. Con queso, carne, sal, pegajosas y un poco ridículas. Ridículo del bueno.

Empieza con patatas fritas congeladas o, si te sientes ambicioso, haz las tuyas propias. Las patatas fritas de gofre o las patatas fritas de corte grueso son las mejores, ya que aguantan bien los ingredientes. Hornéalas hasta que estén doradas y crujientes.

Mientras tanto, corta el filete sobrante en dados y caliéntalo en una sartén con un chorrito de caldo o agua para que quede jugoso.

Cuando las patatas estén listas, colócalas en una bandeja para hornear o servir. Rompe un poco de queso brie y espárcelo por las patatas fritas, junto con el filete caliente. Vuelve a meterlo en el horno durante unos minutos hasta que el queso empiece a fundirse.

Sírvalo con una cucharada de mermelada de frambuesa al lado para mojar, o rocíelo directamente por encima si se siente atrevido. Dulce, salado, rico y totalmente adictivo.

Nachos coreanos con kimchi y queso

Son como los nachos de toda la vida, pero con un toque que te da en las papilas gustativas, en el buen sentido.

Coge una sartén y extiende una capa de chips de tortilla. Encima, esparce el kimchi finamente picado (asegúrate de escurrirlo un poco para que no se empapen), la mozzarella o el queso cheddar rallados y pequeños dados de filete sobrante.

Hornee a 375 °F hasta que el queso esté derretido y burbujeante, unos 8-10 minutos. Retire del horno y cubra con cebollas verdes picadas, un chorrito de aceite de sésamo e incluso un huevo frito si desea que sea un brunch.

Sírvelo directamente de la sartén con una cerveza fría o agua con gas y un grupo de amigos que dirán: "Vale, estos son realmente geniales".

Crostini de bistec con queso de cabra y balsámico

Este es el tipo de cosas que sacas cuando quieres que la gente piense que eres elegante pero en secreto acabas de usar lo que había en la nevera.

Corta una baguette en rebanadas y tuéstalas hasta que estén doradas. Puedes hacerlo en la parrilla, pero vigila que no se quemen rápidamente.

Cuando el pan esté crujiente, unta cada trozo con una capa de queso de cabra. Mezcle un poco de rábano picante con el queso si le gusta el toque picante. Cubre con lonchas finas de filete y rocía con un poco de glaseado balsámico o reducción.

Si tienes hierbas frescas, una pizca de perejil o tomillo picado por encima le da el toque final.

Funcionan muy bien como tentempié para una fiesta, pero son igual de satisfactorios cuando son las 8 de la tarde y te das cuenta de que sólo has tomado café y media barrita de cereales en todo el día.

Consejos para recalentar las sobras de filete sin que se sequen

A nadie le gusta un filete duro y gomoso. Y, por desgracia, eso es exactamente lo que puede ocurrir si te precipitas en el proceso de recalentamiento. ¿La buena noticia? Es fácil evitarlo si tratas el filete con cuidado y tienes en cuenta algunos trucos sencillos.

Utiliza un poco de caldo (o incluso agua) en una sartén: Esta es mi receta preferida. Corta el filete en lonchas finas y calienta una sartén antiadherente a fuego lento o medio. Añade un chorrito de caldo de carne, agua o incluso un poco de mantequilla y deja que el filete se caliente lentamente. El vapor ayuda a que se recaliente uniformemente y evita que la carne se seque. Cubrir la sartén con una tapa durante uno o dos minutos también ayuda.

Evita el microondas si puedes: Sí, es tentador. Y sí, es rápido. Pero si tienes que usar el microondas, hazlo en ráfagas cortas (20-30 segundos como máximo), cubre el filete con una toalla de papel húmeda y no te alejes. El objetivo es quitarle el frío, no cocinarlo más.

Hazlo a la parrilla para un rápido golpe de calor: Si vas a utilizar el filete en un sándwich o una quesadilla, la parrilla es tu aliada. Coloca el filete encima del plato, ponlo en la parrilla durante 1-2 minutos y deja que el calor haga su efecto. Así se crujen los bordes y se derrite el queso sin cocer demasiado la carne.

¿En resumidas cuentas? A fuego lento es tu mejor opción. No estás intentando cocinar el filete de nuevo, sólo lo estás despertando. Cuídalo un poco y sabrá casi tan bien como la primera vez (a veces mejor, sinceramente).

Para terminar: Las sobras de filete no son de segunda categoría

Si ha llegado hasta aquí, lo más probable es que tenga un filete frío en la nevera y, ahora, un montón de nuevas ideas para utilizarlo. Con un poco de suerte, verás los restos de filete menos como un problema de "¿qué hago con esto?" y más como un buen comienzo para tu próxima gran comida.

Porque, sinceramente... No necesitas reinventar la cena cada noche. Algunas de las mejores comidas vienen de las sobras. Se trata de mezclar un poco las cosas: convertir el costillar de anoche en arroz frito, un bol de cereales, un sándwich cargado o algo que parezca que te has esforzado (aunque no lo hayas hecho).

Así que adelante, sé creativo y, sobre todo, utiliza lo que tienes. Eso no es solo cocinar con inteligencia, es vivir bien.

Preguntas frecuentes

¿Cuánto tiempo se conservan las sobras de filete?

Lo ideal es consumirlo en un plazo de 3 a 4 días. Guárdala en un recipiente hermético en el frigorífico y, si no vas a llegar a tiempo, córtala en lonchas y congélala. Eso sí, asegúrate de etiquetarla, porque la carne misteriosa nunca es divertida.

¿Se puede congelar el filete cocido?

Por supuesto. Sólo tienes que cortarlo primero en rodajas para que sea más fácil recalentarlo después, y guardarlo en una bolsa o recipiente hermético para el congelador. Consúmalo en un plazo de 2 a 3 meses para obtener la mejor textura y sabor.

¿Cuál es la mejor manera de recalentar un filete sin que quede seco?

A fuego lento. Utiliza una sartén con un chorrito de caldo o agua, o tápalo y caliéntalo suavemente en el horno. Asar a la parrilla funciona bien para platos en los que quieres bordes crujientes. Evita el microondas a menos que sea tu única opción, e incluso en ese caso, sólo breves ráfagas.

¿Importa el tipo de filete que utilice?

La verdad es que no. Ya sea falda, solomillo, ribeye o filete, casi cualquier filete puede funcionar con las ideas que hemos compartido. Simplemente córtelo en lonchas finas, elimine los trozos grandes de grasa y ajuste el condimento si es necesario.

¿Puedo utilizar las sobras de filete en platos fríos?

Totalmente. Queda genial en ensaladas, wraps o incluso en un sándwich de filete con una ensalada fría. Asegúrate de cortarlo en lonchas finas y de sazonarlo bien, ya que el filete frío a veces necesita un poco más de cariño para brillar.