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Qué hacer con masa madre además de pan

El pan de masa madre se lleva toda la gloria. Pero si ha estado alimentando ese burbujeante tarro de levadura y se pregunta qué más puede hacer, está de suerte. Literalmente. Desde tortitas y magdalenas hasta corteza de pizza y galletas saladas, el fermento de masa madre (¡y los descartes!) es uno de los ingredientes más flexibles y llenos de sabor que puedes tener en tu cocina. Tanto si eres un fermentador experimentado como si acabas de poner en marcha tu levadura madre la semana pasada, hay muchas maneras fáciles y deliciosas de ponerla a trabajar, sin necesidad de darle forma de hogaza.

En ReciMe, sabemos que una vez que empiezas a experimentar con la masa madre, las cosas se te pueden ir deliciosamente de las manos, en el mejor de los sentidos. Por eso hemos creado esta aplicación. Queríamos una forma sencilla y sin estrés de guardar todas esas recetas de tortitas, magdalenas y galletas con las que te tropiezas (y que realmente quieres volver a hacer). Con listas de la compra inteligentes, herramientas de planificación de comidas y toda tu colección de recetas en un solo lugar, ReciMe te ayuda a mantenerte organizado mientras horneas más allá del pan de masa madre básico.

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¿Por qué utilizar el fermento de masa madre más allá del pan?

Antes de entrar de lleno en las recetas, respondamos al por qué. Por qué te molestarías en utilizar tu fermento en tortitas o magdalenas en lugar de simplemente hornear otro bollo?

  • Sabor: Ese sutil sabor ácido añade profundidad y complejidad a los productos horneados, incluso a los dulces.
  • Textura: El proceso de fermentación mejora la textura, haciéndola más suave, masticable o crujiente, según la receta.
  • Nutrición: La larga fermentación ayuda a descomponer el gluten y los fitatos, lo que puede facilitar la digestión de los productos horneados.
  • Menos residuos: Utilizar los descartes es una forma estupenda de reducir el desperdicio de alimentos y aprovechar al máximo lo que tienes.

Si se alimenta el fermento con regularidad, aprovechar los desechos es una forma inteligente de economizar en la cocina. Convierte algo que normalmente tirarías en algo delicioso.

Ideas para el desayuno que van más allá de las tostadas

Seamos sinceros, las tostadas están muy bien, pero tu levadura madre tiene mucho más que ofrecer a primera hora de la mañana. Estas ideas para el desayuno son fáciles, versátiles y mucho más emocionantes que otra rebanada de pan con mantequilla.

Tortitas de masa madre

Si nunca has hecho tortitas de masa madre, deja de hacer lo que estás haciendo y añádelas a tu plan de comidas. Son suaves, esponjosas y tienen un sabor sutil que las hace un poco más elegantes que las tortitas normales.

Cómo hacerlo: Mezcle los descartes (o el fermento activo) con harina, leche y un poco de azúcar la noche anterior. Déjelo reposar toda la noche en la encimera para que coja sabor. Por la mañana, añada los huevos, un poco de bicarbonato y quizá un chorrito de vainilla. La masa debe estar burbujeante y oler de maravilla.

Consejo profesional: Atrévete con las mezclas. Arándanos, pepitas de chocolate, puré de plátano o incluso un remolino de mantequilla de cacahuete. Colócalos en una pila alta, cúbrelos con mantequilla y sirope de arce, y ya están listos.

Gofres de masa madre de la noche a la mañana

Los gofres son como el primo introvertido de las tortitas: estructurados, crujientes y muy conjuntados. ¿Y cuando interviene la masa madre? La cosa cambia. Adquieren un ligero sabor a nuez y una corteza perfectamente crujiente con un centro suave como la almohada.

Esto es lo que hay que hacer: Al igual que con las tortitas, mezcla tus descartes de masa madre con harina, leche y un poco de edulcorante la noche anterior. Por la mañana, la masa estará llena de burbujas de aire y lista para los huevos y la mantequilla derretida. Un poco de bicarbonato ayuda a que las cosas se hinchen. Calienta la gofrera y ponte manos a la obra.

Bonificación: Se congelan de maravilla. Déjalas enfriar, apílalas entre hojas de pergamino y congélalas. Recaliéntalos en la tostadora para un desayuno instantáneo entre semana.

Panecillos ingleses de masa madre

Sí, puedes hacer panecillos ingleses en casa. Y no, no da tanto miedo como parece. La masa madre les da una increíble profundidad de sabor y esa masticabilidad característica. Son un poco más complicados, pero si tienes una mañana de fin de semana y una taza de café caliente, es un proyecto perfecto.

Cómo funciona: Mezcla la masa y deja que suba lentamente, normalmente toda la noche. Por la mañana, extiéndala y córtela en rodajas con un cortador de galletas o incluso con un vaso. Deje que vuelvan a subir y cocínelas en una plancha caliente hasta que se doren. No es necesario hornearlas.

Por qué merece la pena: Una vez que pruebes un panecillo inglés recién salido de la sartén, no volverás a comprarlo en la tienda. Córtalos con un tenedor para obtener los clásicos rincones y grietas, luego tuéstalos y ponles la cobertura que más te guste.

Magdalenas de plátano y masa madre

Si el pan de plátano tuviera un hermano más frío y para llevar, sería éste. Estas magdalenas son suaves, ligeramente dulces y llenas de sabor. El descarte de masa madre añade humedad extra y un suave toque ácido que equilibra el plátano a la perfección.

Empieza por aquí: Tritura unos plátanos maduros (cuanto más manchados, mejor) e incorpóralos a una masa hecha con descartes de masa madre, harina, azúcar y mantequilla. Un toque de canela tampoco viene mal. Puedes hornear la masa enseguida o dejarla reposar toda la noche para que tenga más sabor.

Mézclalo: Añade nueces, chocolate picado, jengibre confitado o lo que tengas a mano. Haz un lote doble y congela la mitad para las mañanas ocupadas.

Dulces con un toque picante

¿Masa madre en los postres? Sí, y no es tan raro como parece. La acidez natural añade profundidad, equilibra el dulzor y crea una textura que no se consigue con la masa normal. No sabe agrio, sino más rico, mejor y un poco más adulto. He aquí algunos dulces en los que la masa madre brilla con luz propia.

Tarta de chocolate y masa madre

Este es un éxito durmiente. Probablemente no esperarías que la masa madre funcionara en un pastel de chocolate, pero es toda una sensación. La acidez del fermento potencia el sabor del cacao sin agriar el pastel. El resultado es una textura súper húmeda, casi aterciopelada, que se conserva estupendamente durante días.

Cómo hacerlo: Empieza mezclando tu levadura madre o desecho con harina, cacao en polvo y un poco de líquido (como leche o café). Deja que la mezcla fermente durante unas horas, o incluso toda la noche si lo tienes previsto. A continuación, añade los huevos, el azúcar, el aceite o la mantequilla y un poco de bicarbonato. Verás que la masa se hincha ligeramente al reaccionar el bicarbonato con la acidez del fermento. Hornéala en un molde para pan o, si te apetece, haz un pastel de capas.

Extras opcionales: Cúbrelo con un glaseado de ganache, espolvoréalo con azúcar en polvo o ponle unas bayas frescas. Es el tipo de tarta que se siente especial sin ser exigente.

Panecillos de canela con masa madre

Suaves, pegajosos y cargados de azúcar y canela, ¿qué más se puede pedir? Los rollos de canela de masa madre tienen una masa tierna y ligeramente gomosa que mantiene su forma perfectamente, por lo que se obtienen espirales definidas en lugar de esa masa blanda y pastosa en la que se convierten algunos rollos. La larga fermentación da a la masa sabor, fuerza y un toque ácido que combina muy bien con el relleno dulce.

Enfoque básico: Mezcla la masa enriquecida (es decir, mantequilla, huevos y leche, todo lo bueno) con el fermento y deja que suba durante mucho tiempo. Puede reposar en el frigorífico toda la noche o en la encimera durante varias horas. Cuando esté hinchada y elástica, extiéndela, úntala con azúcar y canela, enróllala, córtala en rebanadas y deja que suba de nuevo.

Consejo para hornear: Hornéalos hasta que estén dorados y úntalos con el glaseado de queso crema mientras aún están calientes para que se funda en todos los remolinos. Nunca volverás a la versión con levadura.

Galletas de masa madre

Las galletas son quizás la forma más fácil de experimentar con los descartes de masa madre. No es necesario cambiar toda la receta, basta con añadir unas cucharadas de masa madre y obtendrá una galleta más masticable, un poco más esponjosa y un sabor más profundo difícil de describir, pero sin duda delicioso.

El truco: No añada demasiado. Para una receta estándar de galletas con pepitas de chocolate, de dos a tres cucharadas de descarte es perfecto. Si añades demasiado, las galletas quedarán demasiado blandas o se untarán de forma extraña. Mantenga el resto de las proporciones iguales y estará listo.

Qué esperar: Notará un borde ligeramente más crujiente, un centro más suave y un sabor más complejo en general. Es sutil, pero es bueno. Además, es una forma furtiva de utilizar los descartes sin que nadie lo sepa (o le importe).

Rosquillas de masa madre

Puede que esto requiera un poco de planificación, pero si alguna vez has querido probar los donuts caseros, la masa madre es la mejor manera de hacerlo. Tanto si los fríes como si los horneas, la masa se beneficia de una larga fermentación y termina con una textura elástica y un sabor que es mucho mejor que cualquier cosa de la tienda.

Así es como funciona:

Haz una masa rica y suave con masa madre, harina, huevos, mantequilla y un poco de azúcar. Déjala fermentar toda la noche (en el frigorífico), luego extiéndela y corta los donuts. Déjalos levar de nuevo hasta que se hinchen y, a continuación, fríelos en aceite caliente u hornéalos si quieres algo más ligero.

Ideas de cobertura: Páselos por azúcar con canela mientras están calientes, sumérjalos en glaseado o cúbralos con azúcar en polvo. O atrévete a rellenarlos con mermelada o crema. Hazlo tú.

Algo diferente (¿por qué no?)

La masa madre no es sólo para el desayuno o el postre. A veces, las mejores ideas surgen de los momentos "¿y si...? ¿Y si utilizara los desechos para algo totalmente diferente? ¿Y si mi perro participara en la acción de la masa madre? Resulta que esos "y si..." dan lugar a cosas sorprendentemente buenas. Estas recetas pueden parecer un poco inesperadas, pero merece la pena probarlas al menos una vez. Puede que incluso acabes añadiéndolas a tu rotación habitual.

Premios para perros

Sí, has leído bien. Golosinas de masa madre para perros. Si has estado tirando los desechos directamente al compost, tu perro te está mirando de reojo. Estas golosinas son muy fáciles de hacer, y mucho mejor que la mayoría de las galletas compradas en la tienda.

He aquí cómo hacerlo: Mezcla 1 taza de masa madre con 1 taza de harina integral, 1 huevo y 2 o 3 cucharadas de mantequilla de cacahuete natural (asegúrate de que no contenga xilitol, es muy importante). Obtendrás una masa dura y fácil de extender. Extiéndala con un rodillo, córtela en formas (o simplemente córtela en cuadrados, sin juzgar) y hornéela a 350 °F durante 25 a 30 minutos hasta que esté crujiente y dorada.

Por qué funciona: El descarte añade un poco de sabor y ayuda a ligar la masa. ¿La mantequilla de cacahuete? Esa es la parte que realmente le importa a tu cachorro. Guárdalos en un tarro hermético y aguantarán un par de semanas, aunque seamos sinceros, probablemente no duren tanto.

Aderezo para ensaladas (Sí, con pan)

Este se sale un poco del radar, pero quédate conmigo. ¿Sabes cómo la masa madre añade ese toque ácido perfecto a un sándwich? Imagina esa misma sensación en forma líquida, pero mejor. Cuando mezclas restos de pan de masa madre con una vinagreta, se crea un aliño cremoso y espeso que se adhiere a las verduras como si hubiera nacido para ello.

Prueba esto: Coge un trozo de masa madre rancia (corteza incluida), sumérgelo en una mezcla de aceite de oliva y vinagre (de vino tinto o de sidra de manzana funciona muy bien) durante 10 minutos más o menos. Añada ajo, mostaza, sal, pimienta y un chorrito de zumo de limón. A continuación, tritúralo en la batidora hasta que quede suave. El objetivo es que quede cremoso, no en trozos.

Combina bien con: Rúcula picante, remolacha asada o cualquier cosa con queso picante. No es un aliño corriente: es atrevido, ácido y tiene un encanto rústico. Si eso te suena a ti, prepara un tarro y guárdalo en la nevera hasta una semana.

Buñuelos de maíz

Los buñuelos de maíz son lo último en aperitivos. Están dorados por fuera, suaves y dulces por dentro, y el descarte de la masa fermentada añade el sabor justo para equilibrar el dulzor. Además, son muy fáciles de preparar con cosas que probablemente ya tengas en la nevera.

Cómo hacerlos: En un bol, mezcla 1 taza de masa madre desechada con 1 taza de maíz (fresco, enlatado o congelado, todo sirve), 1 huevo, ¼ de taza de harina y una pizca de sal. Añade cebolletas picadas o un poco de queso rallado si quieres subir el nivel. La masa debe ser espesa pero fácil de servir. Caliente un poco de aceite en una sartén y deje caer cucharadas, aplastándolas ligeramente. Cocínelas hasta que estén doradas y crujientes por ambos lados, unos 3-4 minutos por cada lado.

Servir con: Crema agria, salsa picante o incluso un chorrito de miel. Son ideales como guarnición de un brunch, aperitivo o tentempié nocturno directamente de la sartén.

Budín de pan (La mejora más acogedora)

El budín de pan ya es bastante nostálgico: suave, cremoso y, por lo general, algo que tu abuela hacía sin receta. Pero cuando se utiliza masa madre, el resultado es diferente. La acidez del pan combina a la perfección con el dulzor de las natillas, y la textura se mantiene mejor que la del esponjoso pan blanco.

Cómo funciona: Corta un poco de masa madre rancia (unas 5 o 6 tazas) y déjala en remojo en una mezcla de huevos, leche o nata, vainilla y azúcar moreno. Añade una pizca de canela y, si te apetece, unas pasas o trocitos de chocolate. Déjalo reposar durante al menos 30 minutos para que el pan absorba toda la magia de las natillas y, a continuación, hornéalo a 350°F hasta que esté dorado por encima y cuajado por el centro.

Pro move: Cubrir con una salsa de caramelo rápida o una bola de helado de vainilla. Sírvelo caliente, come despacio y disfruta del hecho de que algo tan bueno haya salido del pan que estuviste a punto de tirar.

Consejos para utilizar con éxito su arranque (o descarte)

Un poco de cebador da para mucho, pero hay que saber utilizarlo bien. A continuación te explicamos cómo sacar el máximo partido a tu burbujeante compañero de cocina sin complicarte demasiado.

1. Conozca sus entrantes frente a los descartes: El fermento activo está recién alimentado y lleno de fuerza fermentadora, ideal para el pan y todo lo que necesite fermentación. El desecho es más viejo, no tan burbujeante, pero todavía lleno de sabor. Perfecto para hornear rápidamente magdalenas o galletas.

2. No te pases: Limítese a intercambiar entre ¼ y ½ taza de harina y líquido con su fermento o deséchelo. Un exceso puede alterar la textura o la humedad. En este caso, menos es más.

3. Ajustar para la fermentación: ¿Recetas a base de descartes? Hornéelas de inmediato. ¿Utilizas levadura activa? Dale tiempo a la masa para que suba, piensa en unas horas o en un reposo nocturno.

4. Empezar poco a poco y luego ampliar: ¿Quieres probar algo nuevo? Haz primero una pequeña tanda. Así, si fracasa, no habrás desperdiciado ingredientes. Una vez que funcione, haz algo grande.

Reflexiones finales

El fermento de masa madre es algo más que una máquina de hacer pan. Es un potenciador del sabor, un reductor de residuos y una invitación abierta a ser creativo en la cocina. ¿Y sinceramente? Es divertido encontrar nuevas formas de utilizarlo. Si ya estás alimentando a tu fermento, también puedes sacarle más partido.

Así que la próxima vez que mires ese tarro y pienses "Uf, tengo que darle de comer otra vez", acuérdate: tortitas. O pretzels. O magdalenas. O pizza. Ya te haces una idea.

Preguntas frecuentes

¿De verdad puedo utilizar los descartes de masa madre en recetas dulces?

Absolutamente. Ese sabor ácido combina muy bien con el dulce. No amarga el postre, sino que le da más profundidad. Pastel de chocolate, magdalenas de plátano, galletas... todo vale. Eso sí, no te pases con la cantidad o podrías estropear la textura.

¿Cómo sé si mi descarte aún se puede utilizar?

Si huele agradablemente agrio o a levadura y no tiene nada raro (como manchas rosas o pelusa), ya está listo. El desecho que ha estado enfriándose en la nevera durante una semana o así sigue siendo totalmente utilizable en la mayoría de las recetas rápidas. Si huele mal o tienes dudas, confía en tu olfato y tíralo.

¿Puedo cambiar el descarte en cualquier receta?

No en todas las recetas, pero en muchas sí. Para las recetas rápidas, como magdalenas, tortitas y galletas, normalmente se puede sustituir entre ¼ y ½ taza de harina y líquido por harina de descarte. Pero no es un cambio mágico: tendrás que jugar un poco. ¿El mejor consejo? Empieza con pequeños lotes de prueba.

¿Cuál es la diferencia entre utilizar el arranque activo frente al descarte?

El fermento activo está vivo y coleando, lo utilizas cuando quieres que tu masa suba, como con la pizza o la focaccia. El de descarte no tiene esa elevación, pero aporta sabor. Así que usa el activo para las cosas que necesitan tiempo de fermentación y el de descarte para las que van directamente al horno.

¿Está bien utilizar masa madre en recetas saladas y dulces?

Totalmente. La masa madre combina bien con ambas cosas. En platos salados, como galletas o buñuelos, añade una sutil complejidad. En recetas dulces, equilibra el azúcar y da a los productos horneados una textura suave y húmeda. Es básicamente tu ingrediente secreto.

¿Cuánto tiempo puedo conservar mis descartes en el frigorífico?

Suele durar hasta una semana, a veces más. Guárdalo en un tarro con tapa y huélelo antes de usarlo. Algunas personas incluso guardan un "tarro de descartes" al que van añadiendo ingredientes con el tiempo. Si horneas a menudo, lo gastarás antes de lo que crees.