Hay algo mágico en coger un pollo asado caliente de la tienda. Sin carne cruda, sin fregadero lleno de platos, sin esperar a que suene el horno. Sólo carne tierna y sazonada lista para convertirse en cena. Tanto si lo desmenuzas para hacer una sopa acogedora, como si lo pones en capas en unas enchiladas con queso, o lo echas sobre verduras para hacer una ensalada fresca, este pequeño atajo puede salvar hasta la noche más ajetreada de la semana. ¿Y lo mejor? Puedes hacer que sepa como si lo hubieras planeado con antelación.
Si quieres ahorrarte el estrés de tener que pensar "¿qué hay para cenar?" después de comprar el pollo asado, una herramienta como ReciMe puede cambiarte la vida. Hemos creado este organizador de recetas para que puedas guardar tus recetas de pollo favoritas desde cualquier lugar: Instagram, TikTok, blogs gastronómicos o páginas web favoritas, todo en un mismo sitio. Puedes incluir esas recetas directamente en un plan de comidas semanal y, a continuación, dejar que la aplicación elabore una lista de la compra inteligente por ti, ordenada por pasillos para que puedas entrar y salir de la tienda más rápido. Es perfecta para llevar un registro de todas las ideas de pollo asado rápidas y llenas de sabor que te gustan, y para asegurarte de que tienes todo a mano cuando llegue el momento de cocinar.

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Por qué un pollo asado merece un lugar en su cesta cada semana
El pollo asado no sólo ahorra tiempo. Por supuesto, puede reducir significativamente el tiempo de preparación en comparación con el pollo crudo, pero también se trata de hacer la vida más fácil de maneras que van más allá del reloj. Te ahorras toda la odisea de manipular la carne cruda, no hay un montón de sartenes que fregar después, y puedes empezar con algo que ya está jugoso, sazonado y listo para trabajar.
Es el tipo de ingrediente que combina bien con casi todas las cocinas. Una noche puede ser mexicano en tacos o enchiladas, al día siguiente italiano en una pasta al horno, y el viernes está feliz en un salteado de inspiración asiática o en una ensalada. Si lo racionas bien, un ave puede servir para varias comidas sin que nadie en la mesa tenga la sensación de estar comiendo lo mismo una y otra vez.
Piensa en ella como una base rica en proteínas lista para usar en ensaladas, wraps, guisos, sopas, cuencos de cereales o incluso una pizza rápida. En el momento en que lo trituras, empiezas la semana con buen pie y tienes la libertad de convertir el "¿qué hay para cenar?" en algo rápido, fresco y mucho más emocionante que la comida para llevar.
Cómo preparar el pollo asado para aprovecharlo al máximo
El momento más fácil para trabajar con un pollo asado es justo después de traerlo a casa, mientras aún está caliente. La carne se desprende del hueso con mucho menos esfuerzo, está más tierna y puedes cortar el ave entera en porciones y prepararla para varias comidas en sólo unos minutos. Esperar a que se enfríe puede hacer que el proceso sea más complicado y frustrante, así que merece la pena hacerlo cuanto antes.
Aquí tienes una rutina rápida de preparación:
- Desmenuza el pollo justo después de comprarlo: Utiliza las manos limpias o dos tenedores para cortar la carne en trozos pequeños, alrededor de los huesos y las articulaciones. Verás que la carne se deshace casi sin esfuerzo cuando aún está caliente.
- Separe la carne clara de la oscura si le gusta utilizarlas para recetas diferentes: La carne blanca queda muy bien en ensaladas, wraps o platos de pasta en los que se busca un sabor más limpio, mientras que la carne oscura aporta más riqueza y profundidad a sopas, sartenes y guisos.
- Porcione el pollo desmenuzado en recipientes o bolsas de congelación: Intenta que haya entre 1 y 2 tazas por ración para que puedas coger exactamente lo que necesitas sin descongelar más de lo necesario. Esto también facilita la planificación de comidas específicas durante la semana.
- Guarda los huesos y la piel en una bolsa de congelación para hacer caldo casero: Aunque no vayas a prepararlo de inmediato, si los tienes listos podrás preparar un caldo rico y sabroso en cualquier momento.
Consejos de almacenamiento:
- Nevera: Guarde la carne en un recipiente hermético en el frigorífico y utilícela en un plazo de 3-4 días para mayor seguridad. Cuanto antes la utilices, mejor sabor y textura tendrá.
- Congelador: Coloque las bolsas en posición horizontal para que se apilen fácilmente, presione para extraer todo el aire posible, etiquételas con la fecha y consúmalas en un plazo de 3 meses para obtener la mejor textura. Si se conserva congelada, se puede consumir, pero la carne puede secarse ligeramente.

Ideas para potenciar el sabor antes de cocinar
El pollo asado suele venir con un aliño ligero y neutro, lo que es estupendo porque te permite utilizarlo en casi cualquier dirección. Pero si quieres que parezca hecho para el plato que estás cocinando, dale un poco más de cariño antes de ponerlo en la sartén o en el plato.
Una opción fácil es mezclar la carne desmenuzada con condimento para tacos y un chorrito de agua o caldo para que se impregne de las especias antes de añadirla a quesadillas, tacos o burritos. Si quieres algo de inspiración italiana, añade una cucharada de pesto y deja que el aceite de ajo y hierbas impregne cada bocado antes de servirlo en la pasta o en un sándwich.
Si te apetece un poco de picante, cubre el pollo con salsa búfalo y úsalo en wraps, tazas de lechuga o incluso encima de una pizza casera rápida. Y para algo fresco y brillante, mézclalo con un chorrito de limón, perejil o eneldo picado y una pizca de sal, perfecto para ensaladas, cuencos de cereales o incluso sobre verduras asadas.
Estos pequeños retoques no llevan casi nada de tiempo, pero pueden hacer que tu cena sepa como si la hubieras planeado desde cero.
6 deliciosas maneras de convertir un pollo asado en cena
Lo bueno del pollo asado es que es un lienzo en blanco con el condimento justo para empezar. No tienes que pensar en si está bien hecho o perfectamente sazonado, puedes lanzarte directamente a preparar algo bueno.
Aquí tienes cinco platos que convierten esa humilde ave comprada en la tienda en algo que te apetecerá comer.
1. Sopa cremosa de pollo y ñoquis
Es como un abrazo en un cuenco, pero sin el compromiso de "remover durante una hora" de la mayoría de las sopas reconfortantes. Pon una olla a fuego medio, añade un chorrito de aceite de oliva y sofríe las cebollas, las zanahorias y el apio picados hasta que estén blandos y empiecen a oler como en casa. Añade un par de dientes de ajo picados hasta que desprendan aroma, porque el ajo quemado es una tragedia, y vierte unas cuantas tazas de caldo de pollo.
Añade un chorrito de nata para que quede más rico e incorpora los ñoquis comprados. Sólo necesitan unos minutos para estar tiernos y esponjosos. Incorpora el pollo desmenuzado y deja que todo se cocine a fuego lento otros cinco minutos.
Justo antes de servir, añade un buen puñado de espinacas o col rizada para que se integren en la sopa. Una pizca de pimienta negra por encima le da el toque final.
2. Flatbreads de pollo a la barbacoa
Son peligrosamente fáciles, así que no se sorprenda si aparecen en su rotación semanal de cenas. Coloca pan naan o pan plano en una bandeja para hornear, extiende una fina capa de salsa barbacoa y esparce el pollo desmenuzado uniformemente por encima.
Añada rodajas finas de cebolla roja para darle un toque picante y, a continuación, cubra con una mezcla de mozzarella rallada y queso cheddar. Hornee a 425 °F hasta que el queso burbujee y los bordes estén crujientes, entre 8 y 10 minutos.
Cuando salga del horno, añádele un poco de cilantro fresco y, si te apetece, un chorrito extra de salsa barbacoa. Córtalo en porciones y sírvelo como plato principal o incluso como aperitivo para una fiesta.
3. Tazón de cereales con pollo mediterráneo
Piense en esto como la comida sana y colorida que realmente querrá comer. Empieza con una base de quinoa caliente, arroz o farro. Coloca los ingredientes en secciones como si estuvieras montando una ensalada digna de Instagram: pollo desmenuzado, calabacines y pimientos asados, tomates cherry cortados por la mitad, pepinos en rodajas, aceitunas Kalamata y trocitos de queso feta.
Añade una cucharada de hummus justo en el centro. Rocíalo todo con aceite de oliva y exprime un poco de limón fresco por encima. Si tienes hierbas frescas como perejil o eneldo, échalas por encima, hacen que todo tenga un sabor más fresco.
Esta es una de esas comidas perfectas para preparar porque aguanta bien en la nevera un par de días sin ponerse triste.
4. Enchiladas de pollo rápidas
Las enchiladas parecen un proyecto, pero cuando el pollo ya está cocido, se hacen en un santiamén. Precalienta el horno a 375°F. En un tazón, mezcla el pollo desmenuzado con un poco de queso rallado y unas cucharadas de salsa.
Coge las tortillas (de harina o de maíz, tú decides) y pon un poco de la mezcla en el centro, luego enróllalas bien. Colócalas con la costura hacia abajo en una fuente de horno. Vierte una cantidad generosa de salsa para enchiladas por encima y espolvorea más queso.
Hornear durante unos 20 minutos, hasta que el queso esté derretido y burbujeante. Adorna con cilantro picado, cebollas verdes en rodajas, y tal vez una cucharada de crema agria o yogur griego si estás en eso. Son el tipo de cena que hace que parezca que te has esforzado mucho más de lo que realmente lo has hecho.
5. Rollitos de lechuga con pollo de inspiración tailandesa
Si quieres algo ligero pero lleno de sabor, éste es el tuyo. En un bol, mezcla el pollo desmenuzado con zanahorias cortadas en rodajas finas, palitos de pepino y cacahuetes picados.
Vierta por encima una salsa de cacahuete sencilla, que puede preparar mezclando mantequilla de cacahuete, salsa de soja, zumo de lima, miel y un chorrito de agua tibia hasta que quede suave, y mézclelo todo hasta que quede cubierto.
Con una cuchara, coloca la mezcla en hojas grandes de lechuga mantecosa, como pequeños cuencos comestibles. Sírvelos con gajos de lima al lado para que todos puedan añadir un chorrito de cítrico fresco. Son crujientes, con sabor a nuez, un poco dulces y sorprendentemente saciantes.
Cada una de estas recetas funciona porque el trabajo pesado, cocinar el pollo, ya está hecho. Obtienes toda la satisfacción de una comida casera sin el largo tiempo de preparación, y honestamente, ese es el tipo de victoria que la mayoría de nosotros necesitamos más a menudo.
6. Pasta con champiñones y pollo a la crema
Este es el tipo de cena "quiero comida reconfortante, pero no quiero cuidar una salsa durante una hora". Hierve tu pasta favorita hasta que esté al dente. Mientras se cuece, saltee los champiñones laminados en mantequilla hasta que estén dorados y fragantes. Añade el ajo picado y vierte un chorrito de vino blanco o caldo para desglasar la sartén.
Añada un poco de nata y deje que hierva suavemente hasta que espese un poco. Añada el pollo asado desmenuzado, remuévalo y añada la pasta cocida. Termine con parmesano rallado y un puñado de perejil fresco. Es cremoso, acogedor y da la sensación de que te has esforzado mucho más de lo que realmente lo has hecho.

Alimentos básicos para mejorar el pollo asado
Con unos pocos ingredientes en casa, el pollo asado se puede convertir en cualquier cosa: desde una rápida cena de pasta hasta un sustancioso bol de cereales o una acogedora sopa. El truco está en tener en casa una mezcla de productos básicos, congelados y frescos, para poder preparar una comida sin tener que hacer la compra de última hora.
He aquí algunos productos básicos que merece la pena tener siempre a mano:
- Pasta, ñoquis, arroz o quinoa: Magníficas bases que absorben el sabor y combinan con casi cualquier cocina.
- Conservas de judías y maíz: Añade proteínas, textura y dulzor a sopas, ensaladas o sartenes rápidas.
- Tortillas o panes planos: Perfecto para tacos, quesadillas, wraps o pizzas planas.
- Caldo o caldo: Esencial para sopas, salsas y granos de cocción para mayor profundidad.
- Ensaladas verdes prelavadas: Facilita la preparación de guarniciones o platos principales en cuestión de minutos.
- Salsas de bote como pesto, marinara o salsa: Transforme instantáneamente el pollo sin cocción adicional.
- Una variedad de especias y mezclas de condimentos: Cambia por completo el perfil de sabor con sólo una pizca.
Caldo: La bonificación que no debe omitir
Una vez limpia la carne, no caigas en la tentación de tirar los huesos a la basura. Estarías tirando sabor gratis. Un buen caldo casero es más rico, profundo y reconfortante que cualquier cosa que salga de una caja, y no te costará casi nada hacerlo.
El proceso es sencillo. Echa los huesos y la piel en una olla grande, cúbrelos con agua y añade lo que tengas por ahí: un par de zanahorias, unos tallos de apio, media cebolla y una hoja de laurel, si tienes alguna por ahí. Déjalo cocer a fuego lento durante al menos dos horas o, si quieres prepararlo y olvidarte, déjalo toda la noche en una olla de cocción lenta.
Cuando esté hecho, cuela los sólidos y guarda el oro líquido en tarros o bolsas de congelación. Puedes utilizarlo como base para sopas, mezclarlo con risottos o incluso cocer en él arroz o quinoa para darle más sabor. Una vez que empieces a hacer tu propio caldo con los huesos del pollo asado, nunca volverás a ver las carcasas sobrantes de la misma manera.
Última palabra
El pollo asado no es sólo un plan alternativo para las noches que no te apetece cocinar. Es un ingrediente inteligente y flexible que puede servir de base para una semana de comidas rápidas y sabrosas. Con un poco de preparación y algunos alimentos básicos de la despensa, puedes convertirlo en sopas, ensaladas, wraps, pastas, cuencos de cereales y mucho más sin pasar horas en la cocina.
Así que la próxima vez que pases por la sección de delicatessen y huelas ese pollo dorado y sazonado, no pienses sólo en "cena fácil esta noche". Piensa en "tres cenas, una tanda de caldo y una semana sin estrés".
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Cuánto dura el pollo asado en la nevera?
Si se guarda en un recipiente hermético, el pollo asado se conserva en la nevera hasta cuatro días. Para obtener el mejor sabor y textura, intente consumirlo en los dos o tres primeros días.
¿Puedo congelar el pollo asado?
Sí, tritúralo primero y luego guárdalo en bolsas de congelación o recipientes herméticos. Coloque las bolsas en posición horizontal para ahorrar espacio, extraiga el aire y etiquételas con la fecha. Para obtener la mejor textura, utilícelo antes de tres meses.
¿Cuál es la mejor manera de recalentar el pollo asado sin que se seque?
Para el pollo desmenuzado, caliéntelo suavemente en una sartén con un chorrito de caldo o agua para mantenerlo húmedo. Si vas a recalentar trozos más grandes, cúbrelos ligeramente con papel de aluminio y caliéntalos en el horno a baja temperatura (unos 325°F) hasta que estén bien calientes.
¿Es sano el pollo asado?
Puede ser una opción saludable, sobre todo si le quitas la piel para reducir la grasa y el sodio. Acompáñalo con muchas verduras, cereales integrales o ensaladas frescas para una comida equilibrada.
¿Puedo utilizar los huesos para algo?
Por supuesto. Los huesos y la piel hacen un caldo rico y sabroso. Cuécelos a fuego lento con agua, verduras y hierbas durante unas horas, luego cuélalos y guárdalos.
¿Cómo puedo hacer que el pollo asado vuelva a saber fresco?
Añada más condimentos antes de usarla en una receta. Mézclala con especias para tacos para platos mexicanos, añádele pesto para platos de inspiración italiana, cúbrela con salsa búfalo para wraps o dale un toque alegre con zumo de limón y hierbas frescas.