El pho es una de esas comidas que se sienten como un abrazo en un cuenco: caldo caliente, fideos de arroz blandos, carne tierna y un puñado de hierbas que, de alguna manera, hacen que todo parezca fresco. Pero, ¿es realmente saludable o simplemente parece la mejor opción cuando ojeas un menú de comida para llevar? Nosotros también hemos pasado por eso, preguntándonos si ese plato gigante de sopa de fideos ayuda o perjudica a nuestros objetivos nutricionales. Así que hemos investigado los datos, desde las calorías y las proteínas hasta el sodio, la fibra y lo que realmente piensan los nutricionistas sobre el consumo habitual de pho.
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¿De qué está hecho el pho?
El pho es uno de esos platos que satisfacen todos los antojos a la vez: caliente, salado, con hierbas y un poco picante si se desea. A primera vista, parece sencillo. Pero los sabores proceden de capas de ingredientes que son cualquier cosa menos básicos. Esto es lo que lleva un bol clásico:
Caldo
El corazón del pho. Suele ser de ternera o pollo, cocinado a fuego lento durante horas con cebolla carbonizada, jengibre, canela, anís estrellado, clavo y semillas de cilantro. El resultado es rico y sabroso, pero no pesado.
Fideos de arroz
Planas, suaves y naturalmente sin gluten. Absorben el caldo y dan a la sopa su base reconfortante.
Proteína
Tradicionalmente se prepara con ternera poco hecha cortada en lonchas finas (pho bo) o pollo desmenuzado (pho ga). Las versiones vegetarianas utilizan tofu o tempeh. Algunos cuencos también llevan falda, tendón o albóndigas, si te gusta la variedad.
Toppings
La albahaca tailandesa, el cilantro, los brotes de soja, los gajos de lima y las rodajas de chile suelen servirse como guarnición para que cada uno pueda crear su propio equilibrio de sabores: herbáceo, ácido, crujiente, picante o todo lo anterior.
Lo bueno del pho es que se puede personalizar y es consistente. Tanto si lo pides fuera como si lo preparas en casa, es el tipo de plato que consigue ser nutritivo y acogedor sin ser demasiado. Un tazón suele ser suficiente, pero probablemente mañana querrás repetir.
Desglose nutricional del Pho
El pho tiene un aspecto bastante sencillo -fideos, caldo, proteínas, hierbas-, pero desde el punto de vista nutricional es más de lo que parece. Es una sólida mezcla de macros con algunos beneficios ocultos (y algunas cosas a tener en cuenta si lo comes a menudo).
Así es como suele descomponerse:
- Calorías: Un tazón de tamaño normal (unas 20-24 onzas) suele contener entre 450 y 650 calorías, dependiendo del tamaño de la ración, la proporción de fideos y caldo y el tipo de proteína utilizada (por ejemplo, pollo magro frente a falda grasa). El pho de pollo magro es más ligero que el de falda grasienta.
- Proteínas: La mayor parte de la proteína procede de la carne o el tofu que añadas. Un bol con carne de ternera o pollo puede aportarte entre 15 y 25 g, dependiendo de la carne, lo que es estupendo si buscas algo que te llene y ayude a la recuperación muscular. Es una de las razones por las que el pho es una comida popular después de hacer deporte.
- Carbohidratos: Los fideos de arroz aportan la mayor parte de los hidratos de carbono. Los fideos de arroz en porciones grandes suelen aportar entre 80 y 110 g. No es bajo en carbohidratos, pero tampoco es exagerado, sobre todo si lo compensas con verduras.
- Grasa: Depende de la proteína que elijas. La pechuga de pollo o el tofu mantienen la grasa baja. Si eliges cortes grasos de ternera o un caldo más rico, la cifra aumentará. La grasa no tiene nada de malo, pero es algo que debes tener en cuenta si estás controlando la ingesta total.
- Fibra: Por sí solo, el pho no es un héroe de la fibra. Los fideos de arroz son bajos en fibra, y a menos que te cargues de verduras, no obtendrás mucho aquí. No obstante, si le añades otros ingredientes como col china, brócoli o zanahorias, lo solucionarás fácilmente.
- Micronutrientes: Las hierbas, las especias y el caldo de huesos del pho pueden aportar pequeñas cantidades de vitamina A, vitamina C, hierro, calcio y zinc, aunque las cantidades exactas dependen de los ingredientes y la porción de verduras añadidas.

¿Se puede comer pho todos los días?
¿Respuesta corta? Podrías, pero depende de cómo construyas tu cuenco.
El pho es una de esas comidas que se sitúan en la línea entre la comida reconfortante y algo que realmente sienta bien al cuerpo. Es caliente, hidratante, equilibrado e infinitamente personalizable. Así que sí, comerlo con regularidad no es malo. Dicho esto, si comes pho de restaurante todos los días, debes tener en cuenta algunas cosas.
La principal preocupación es el sodio. Algunos caldos, especialmente las versiones precocinadas o de restaurante, pueden contener más de 1.000 mg de sodio por tazón, que es casi la mitad del límite diario recomendado de 2.300 mg, lo que supone un reto para el consumo diario. Con el tiempo, el consumo puede aumentar, sobre todo si el resto de las comidas también son saladas. Hacer pho en casa con un caldo bajo en sodio o reducir la salsa de pescado puede ayudar mucho.
Otra cosa es el tamaño de las porciones. Un cuenco grande lleno de fideos de arroz y carne de vacuno grasienta puede dejarte sin fuerzas si lo comes sin parar. Pero, si le cambias la proteína por una magra, le añades un montón de verdura y no te pasas con los fideos, es una buena opción para el día a día. Es una buena opción para el día a día.
¿Se puede comer pho todos los días? Sí, si varías los ingredientes, das prioridad a las opciones bajas en sodio y lo incluyes como parte de una dieta diversa y equilibrada para garantizar una variedad adecuada de nutrientes. No es un alimento milagroso, pero sin duda es uno de los más fáciles de modificar a tu favor.
Por qué Pho sienta tan bien: Beneficios reales para la salud
No hace falta tener una licenciatura en nutrición para darse cuenta de que el pho te hace sentir mejor, sobre todo cuando no te encuentras bien, tienes poca energía o simplemente necesitas algo reconfortante que no sea un bajón de azúcar disfrazado. Pero detrás de ese ambiente acogedor, el pho aporta algunos beneficios reales para la salud cuando se prepara bien.
Esto es lo que tu cuerpo realmente obtiene de ello:
- Hidratación y electrolitos: El caldo no sólo es sabroso, sino que ayuda a rehidratarse, especialmente si se ha estado sudando, enfermo o simplemente escaso de líquidos.
- Apoyo al sistema inmunitario: Ingredientes como el jengibre, el anís estrellado y el cilantro no son sólo para dar sabor. Tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que pueden ayudar a tu sistema inmunitario.
- Confort digestivo: El caldo caliente es agradable para el estómago y las especias como el jengibre pueden calmar las náuseas o una ligera hinchazón. Es ideal para los días de enfermedad, para recuperarse de un viaje o simplemente cuando no se siente bien.
- Proteína magra para la reparación muscular: Ya sea pollo, tofu o ternera, las proteínas del pho ayudan a reparar los músculos y a saciarse durante más tiempo.
- Fibra y nutrientes personalizables: Añada verduras como col china, zanahorias, champiñones o espinacas y obtendrá un extra de fibra, vitaminas y minerales sin apenas calorías.
- Naturalmente sin gluten: El pho puede ser sin gluten si se prepara con fideos de arroz y sin salsas que contengan gluten; compruebe siempre ingredientes como la salsa de soja, que puede contener trigo.
No es mágico, y definitivamente no es una panacea, pero el pho cumple muchos requisitos cuando se trata de comer bien sin pensar demasiado cada bocado. ¿Comida reconfortante con beneficios? Nos gusta.

Preocupaciones comunes sobre la ingesta de fo
El pho tiene la energía de la comida reconfortante y un perfil nutricional decente, pero no está exento de algunas desventajas, especialmente si lo tomas con regularidad. No se trata de quebraderos de cabeza, sino de cosas que debes tener en cuenta si quieres seguir consumiendo pho y, al mismo tiempo, comer de forma inteligente.
El sodio se cuela rápidamente
El caldo aporta todo el sabor, pero también mucha sal. Algunos tazones superan fácilmente tu límite diario de sodio, sobre todo si añades salsas o repites. No es que tengas que prescindir de él por completo, pero ten cuidado con lo que contiene esa base.
- Pide un caldo bajo en sodio o no te pases con la salsa de pescado para reducir la sal.
Los fideos pueden inclinar la balanza
Los fideos de arroz son deliciosos, pero tienen muchos carbohidratos y poca fibra. Si tu plato se compone principalmente de fideos con un chorrito de caldo y algunas hierbas, puede que no te dure mucho, y las calorías se acumulan más rápido de lo que crees.
- Prueba a pedir mitad de fideos y mitad de verduras para que sea más equilibrado.
No siempre se gana con la fibra
A menos que lo cargues de verduras, el pho puede dejarte bajo de fibra, sobre todo si tu plato está compuesto principalmente de caldo, fideos y carne. No es un gran problema de vez en cuando, pero a largo plazo, eso puede significar menos saciedad y digestión lenta.
- Añada verduras como bok choy o espinacas para aumentar la fibra sin añadir pesadez.
Calorías ocultas en los extras
El pho en sí puede ser bastante ligero, pero es fácil despistarse con los extras: panecillos fritos, bebidas azucaradas, salsas dulces. Estos complementos aportan calorías rápidamente y no siempre aportan mucho en términos de nutrición.
- Sáltate los complementos fritos o compártelos con alguien para mantener tu comida a raya.

Pequeños retoques, mejor plato: Cómo hacer pho más sano
Pho ya es una elección bastante sólida, pero unos pequeños cambios pueden hacer que pase de "opción decente" a "comida de todos los días legítima". ¿Y lo mejor? No tienes que sacrificar el sabor ni alterar la esencia del plato. Se trata más bien de hacer unos cuantos cambios inteligentes que mantengan toda la comodidad pero eleven la nutrición a un nivel superior.
- Elija proteínas más magras: Olvídate de la grasa de la falda y opta por pechuga de pollo, tofu o filetes finos de ojo de bife. Sigue satisfaciendo, pero con menos grasas saturadas.
- Llénate de verduras: Añade al menos 1-2 tazas de col china, espinacas, champiñones o zanahorias ralladas para aumentar significativamente la fibra y las vitaminas, ayudándote a mantenerte saciado sin necesidad de un segundo plato.
- Baja los fideos: Pide media ración de fideos o cambia algunos por más verduras. Conseguirás la textura sin la sobrecarga de carbohidratos.
- Cuidado con el sodio: Pide caldo bajo en sodio si es una opción, o prepara el tuyo en casa para controlar la sal. Además, no necesitas tanta salsa de pescado.
- Reservar las salsas: La hoisin y la sriracha son deliciosas, pero llevan mucha sal y azúcar. Utiliza un poco si te gusta el sabor, pero no lo trates como una sopa.
- Equilibra los lados: Si vas a comer rollitos de primavera o algo frito, mejor dividirlo o saltártelo la próxima vez. El pho llena por sí solo si preparas bien el cuenco.
No tienes que comer un plato "perfecto", sino uno que se adapte a tu cuerpo y a tus objetivos. Con unos pocos retoques se llega lejos, ¿y lo mejor? El pho sigue sabiendo a pho. Nada aburrido, nada soso. Sólo un poco más consciente.
Conclusión
El pho no es sólo una buena comida reconfortante: es una opción legítima cuando quieres algo caliente, equilibrado y realmente nutritivo. Pero, como todo, depende de cómo lo prepares. Si le pones mucho caldo, poca proteína y le añades algo de verdura, tendrás un plato que te hará sentir indulgente sin arruinar tus objetivos nutricionales. No estamos diciendo que sea un superalimento, pero si tienes cuidado con el sodio y mantienes las porciones razonables, el pho puede ganarse un lugar en tu rotación semanal. Es una de esas raras comidas que saben a capricho pero que le hacen un favor a tu cuerpo. Y eso es una victoria en nuestro libro.
PREGUNTAS FRECUENTES
1. ¿Es bueno el pho para adelgazar?
Puede serlo, sobre todo si no te pasas con los fideos, eliges proteínas magras como el pollo o el tofu y te saltas las guarniciones fritas. Llena sin ser pesado, y el caldo te ayuda a mantenerte hidratado y satisfecho.
2. ¿Tiene el pho mucho sodio?
Puede serlo, sobre todo en las versiones de restaurante o compradas en la tienda. La mayor parte de la sal procede del caldo y de las salsas añadidas, como la salsa de pescado o la hoisin. Si quieres controlar el sodio, hazlo en casa o pide un caldo bajo en sal.
3. ¿El pho no contiene gluten?
Sí, el pho tradicional suele hacerse con fideos de arroz, que no contienen gluten por naturaleza. Pero ten cuidado con las salsas añadidas o los ingredientes procesados si eres muy sensible.
4. ¿Es sano el pho cuando estás enfermo?
Sin duda. El caldo caliente es calmante, las especias como el jengibre y el anís estrellado pueden ayudar con la congestión, y la hidratación ayuda a recuperarse más rápido. Es básicamente una versión más suave y sabrosa de la sopa de pollo.
5. ¿Puedo comer pho todos los días?
Podrías hacerlo, pero es mejor variar. Vigila el sodio, varía las proteínas y no abuses de los fideos. Es una de esas comidas que son saludables cuando están equilibradas, no cuando están sobrecargadas.