El yogur puede ser una fuente de energía en tu rutina diaria: repleto de proteínas, lleno de probióticos beneficiosos para el intestino y, a menudo, bajo en azúcar (si sabes qué buscar). Pero con los interminables envases que llenan las estanterías de los supermercados, es fácil coger algo que parece sano pero que está cargado de azúcares añadidos o rellenos extraños. Si buscas algo rico en proteínas, sin lácteos, bajo en grasas o simplemente nutritivo, te contamos qué yogures hacen honor a la etiqueta.
En ReciMe, sabemos que una alimentación inteligente empieza con elecciones inteligentes, y saber lo que hay en la nevera ayuda. Por eso muchos de nosotros utilizamos la aplicación para elaborar planes de comidas semanales y listas de la compra en torno a alimentos básicos como el yogur. Es una forma fácil de ingerir nutrientes sin pensar demasiado en cada tentempié o desayuno. Consigue ReciMe ahora, potencia tu nutrición y exploremos los yogures más saludables del año.

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1. Yogur griego
El yogur griego es la opción preferida de quienes quieren más de su yogur, sobre todo en lo que respecta a las proteínas. Es más espeso que una taza normal y mucho más saciante, lo que facilita su uso en desayunos, tentempiés o incluso comidas saladas. Marcas como Chobani y Fage ofrecen opciones naturales, descremadas o bajas en grasa con cultivos vivos activos, ideales para el apoyo intestinal sin azúcares añadidos ni alto contenido en grasa.
Lo que más gusta del yogur griego es su versatilidad. Puedes añadirlo a un batido, echarlo a los tacos o convertirlo en una salsa rápida: cabe en todas partes. La textura es un poco ácida y densa, algo que no gusta a todo el mundo, pero sin duda aguanta mejor que los productos más finos. Últimamente, incluso los que llevan fruta en el fondo son más inteligentes en cuanto al azúcar y los ingredientes, lo que facilita su consumo.
Aspectos destacados:
- Más proteínas que el yogur normal
- Repleto de probióticos (cultivos vivos activos)
- Versiones aromatizadas con menos azúcar
- Funciona en platos dulces o salados
Para quién es mejor:
- Cualquiera que intente aumentar sus proteínas
- Personas que buscan un impulso probiótico
- A los que les gusta una textura espesa y satisfactoria
2. Yogur tradicional
Si el yogur griego te parece demasiado, el yogur tradicional puede ser más adecuado para ti. Es más suave y no tiene ese sabor espeso, lo que es perfecto si lo que buscas es algo sencillo y sin complicaciones. Sigue aportando una buena dosis de probióticos y calcio, pero sin la textura que echa para atrás a algunas personas. Sólo una advertencia: tiene más lactosa que el yogur griego, así que si eres sensible, tal vez debas tomarlo con más calma y ver cómo lo asimila tu cuerpo.
En cuanto a las proteínas, no es un peso pesado, pero eso se puede arreglar. Añádele semillas de chía, corazones de cáñamo o incluso una cucharada de proteína en polvo para darle un empujón sin mucho esfuerzo. Se mezcla muy bien con la avena o los batidos, y es básicamente una pizarra en blanco para cualquier aderezo que te apetezca. Piensa en él como el yogur "constrúyelo tú mismo" de todos.
Aspectos destacados:
- Textura suave y lisa
- Buena fuente de probióticos y calcio
- Fácil de mezclar con bebidas y platos
- Combina bien con toppings proteicos
Para quién es mejor:
- Personas a las que no les gusta el yogur espeso o ácido
- Cualquier persona con un estómago sensible
- Personas que mezclan yogur con otras comidas

3. Yogur al estilo australiano
El yogur australiano es lo mejor de los dos mundos: cremoso y suave, pero no tan espeso ni ácido como el griego. No está colado, lo que le da un toque más rico y suave, un poco más indulgente. Marcas como Noosa ofrecen opciones sabrosas, como la de café o arándanos, con sabor a postre, pero hay que elegirla con moderación por su alto contenido en azúcares añadidos. No es algo que comerías todos los días si estás controlando el azúcar, pero es ideal para un capricho o un tentempié especial.
Luego está Wallaby, que suaviza un poco las cosas con menos azúcar y más equilibrio: sigue siendo cremosa, pero con un poco de acidez. Combina bien en batidos y parfaits e incluso es una buena base para salsas. Básicamente, es una buena opción si no te gusta la textura calcárea de los yogures ricos en proteínas, pero quieres algo con cuerpo.
Aspectos destacados:
- Cremoso y suave sin ser acuoso
- Sin restricciones para esa rica consistencia
- Sabores de postre (café o mezclas de frutas)
- Ligeramente picante para cortar la riqueza
Para quién es mejor:
- Personas que desean una opción más suave y menos picante
- A quien le apetezca una textura parecida a la de una golosina
- Gente que echa yogur en batidos o parfaits
4. Skyr
El Skyr puede parecer un yogur, pero en realidad es un queso colado. Pero no importa, porque a la mayoría de nosotros nos parece una versión superespesa y ultrasatisfactoria del yogur normal. Marcas como Siggi's e Icelandic Provisions son grandes nombres en este campo, y lo que hacen bien es mantener el azúcar bajo sin dejar de ofrecer sabores que no saben a cartón (hola, coco 2%).
Sin duda, es más espeso que una taza normal y tiene un poco más de acidez; no es fuerte, pero se nota si estás acostumbrado a los yogures dulces con sabor a postre. Aun así, si lo que quieres es comer algo que realmente te parezca una comida o un tentempié y no una simple cucharada de pelusa, el skyr lo consigue. Suele tener menos hidratos de carbono que el yogur tradicional, muchas proteínas y, en su versión natural, evita los picos de azúcar.
Aspectos destacados:
- Super espeso y cremoso
- Versiones aromatizadas con un mínimo de azúcar añadido
- Picante, pero no demasiado
Para quién es mejor:
- Personas que vigilan el azúcar o los carbohidratos
- Personas que desean más proteínas en un tentempié
- A quien le guste el yogur espeso y que llene

5. Yogur griego sin lactosa
El yogur griego sin lactosa es una buena opción si te gustan los productos lácteos, pero éstos no te gustan a ti. Marcas como BestSelf de Fage toman leche normal y le añaden una enzima especial que descompone la lactosa, para que tu estómago no se asuste. ¿Y lo mejor? Sabe y sienta exactamente igual que un yogur griego normal, sin regustos extraños ni textura acuosa.
Sigue teniendo todo lo bueno: las proteínas, los probióticos, la textura espesa que aguanta los aderezos. Tanto si lo echas con una cuchara en un bol de fruta, como si lo usas para mojar o te lo comes directamente del bote (culpable), funciona igual. Y no tienes que renunciar a los lácteos de verdad para hacer feliz a tu intestino.
Aspectos destacados:
- Elaborado con auténticos lácteos, pero más fácil de digerir
- Mismo sabor y espesor que el yogur griego estándar
- Repleto de proteínas
- Funciona tanto en platos dulces como salados
Para quién es mejor:
- Personas con sensibilidad a la lactosa
- Los amantes de los lácteos que necesitan una opción más suave
- Los aficionados al yogur griego que quieren mantener el mismo sabor
6. Yogur de soja
El yogur de soja es una opción no láctea bastante fiable, especialmente si buscas uno que no escatime en proteínas. En comparación con otros yogures como el de almendras o el de coco, el de soja tiene mucho más que ofrecer en cuanto a nutrición: suele estar a la par con los lácteos en cuanto a proteínas y calcio, lo cual es realmente impresionante.
Tiene un poco de sabor a fermentación (que ayuda a atenuar el sabor a soja de algunas personas) y no es tan espeso como el griego o el skyr, pero se mantiene. Algunas marcas incluso añaden probióticos para ayudar al intestino. Así que si usted está comiendo a base de plantas, pero todavía quiere que su yogur se sienta como la comida y no un pudín glorificado, este es un buen término medio.
Aspectos destacados:
- Elaborado con leche de soja, no con productos lácteos
- Niveles de proteínas y calcio similares a los del yogur normal
- Sabor naturalmente ácido
- Algunas versiones incluyen probióticos
Para quién es mejor:
- Vegetarianos que siguen queriendo proteínas
- La gente se salta los lácteos pero no la nutrición
- Cualquiera que busque un yogur con sustancia real

7. Yogur de leche de coco
El yogur de leche de coco es suave, cremoso y ligeramente dulce, pero bajo en proteínas y más alto en grasas saturadas, así que consúmelo con moderación para la salud del corazón. La mayoría de las versiones tienen muchas menos proteínas que los yogures lácteos, a menos que la marca se las añada (e incluso entonces, no siempre es mucha). También tiene más grasas saturadas porque, bueno, es de coco. Esto no es un problema, sólo algo a tener en cuenta en función de tus objetivos.
Dicho esto, el yogur de coco sigue aportando algunas ventajas. Obtienes probióticos, un poco de fibra, y algunas versiones incluyen calcio o vitamina D añadidos. La textura funciona muy bien en tazones de desayuno o recetas saladas, pero si estás confiando en el yogur para llenarte o alimentar tu entrenamiento, este probablemente no es el más adecuado para apostar.
Aspectos destacados:
- Poca proteína a menos que se añada
- Mayor contenido en grasas saturadas
- Suele incluir probióticos y algunas vitaminas
- Naturalmente cremoso con un suave sabor a coco
Para quién es mejor:
- Personas que no consumen lácteos en absoluto
- Gente que no cuenta con el yogur para las proteínas
- Cualquiera que busque opciones vegetales respetuosas con el intestino
8. Chupitos de yogur
Los comprimidos de yogur, elaborados a partir de bases lácteas o no lácteas, son pequeños refuerzos probióticos para la salud intestinal, no están pensados para sustituir a los tentempiés o las comidas; compruebe los ingredientes para conocer las restricciones dietéticas. Mucha gente los tiene a mano para los días de viaje o siempre que su digestión necesita un reajuste, sobre todo después de tomar antibióticos o estar enfermo.
La mayoría de ellos vienen con sabor (algunos mucho más dulces de lo que esperas), así que si estás cuidando el azúcar, los naturales suelen ser tu mejor opción. Son bajos en proteína y fibra, por lo que no van a mantenerte - pero añaden un poco de algo a su rutina si usted está tratando de apoyar su digestión sin comprometerse a un tazón de yogur completo.
Aspectos destacados:
- Porciones pequeñas y bebibles
- Repleto de cultivos vivos para la salud intestinal
- Las opciones aromatizadas pueden ser ricas en azúcar
- Bajo en proteínas y fibra
Para quién es mejor:
- Personas centradas en la digestión
- Personas que no pueden tomar yogures lácteos enteros
- Cualquiera que desee un simple refuerzo probiótico

9. Yogur de anacardos
El yogur de anacardos es suave y cremoso, sin el sabor amargo del yogur lácteo normal. Se elabora mezclando anacardos y fermentando la mezcla, por lo que no contiene lácteos y es sorprendentemente suave. La textura es deliciosa, pero desde el punto de vista nutricional es un poco escaso: no aporta muchas proteínas, calcio ni vitaminas, a menos que la marca los añada.
Lo que sí se obtiene es un buen aporte de grasas saludables (gracias, anacardos), y la mayoría de las versiones son bajas en carbohidratos y azúcar, a menos que estén endulzadas. Es ideal como base o aderezo -piensa en un smoothie o en algo para equilibrar un plato picante-, pero probablemente no sea la mejor opción si buscas un tentempié rico en proteínas.
Aspectos destacados:
- Textura cremosa con un sabor suave
- Bajo contenido en proteínas y en la mayoría de los principales nutrientes
- Incluye probióticos gracias a la fermentación
- Contiene grasas insaturadas cardiosaludables
Para quién es mejor:
- Personas que evitan los lácteos pero quieren algo cremoso
- Cualquiera que busque grasas saludables en lugar de proteínas
- Comedores bajos en azúcar a los que les gusta un sabor neutro
10. Yogur rico en proteínas
El yogur rico en proteínas es exactamente lo que parece: un yogur normal con una mejora proteínica. Algunas marcas lo aumentan con proteína de leche extra, y acaba siendo espeso, cremoso y sorprendentemente saciante. Es ideal si quieres mantenerte saciado durante más tiempo o si quieres tomar algo después de entrenar sin tener que preparar un batido entero.
Sin embargo, no todos son iguales. Algunas llevan azúcares añadidos o edulcorantes artificiales, sobre todo las de postre. Si quieres simplificar las cosas, opta por los sencillos y añade tu propia fruta o aderezos. Siguen siendo ricos y saciantes, y puedes prescindir de todo lo demás.
Aspectos destacados:
- El aporte extra de proteínas le mantiene saciado durante más tiempo
- Ideal para la recuperación o la merienda
- Algunas versiones pueden tener mucho azúcar añadido
- Los tipos naturales son los mejores para evitar los edulcorantes
Para quién es mejor:
- Personas centradas en la ingesta de proteínas
- Aperitivos para después del gimnasio
- Cualquier persona que necesite una opción de relleno entre comidas

11. Yogur natural
El yogur natural es la opción más sencilla. Es sólo... yogur. Sin azúcar añadido, sin saborizantes, y sin extras furtivos. Usted obtiene proteínas, calcio y cultivos vivos en una forma súper básica. No intenta ser un postre y, sinceramente, eso es lo que lo hace tan versátil.
Su sabor es bastante suave (algunos dirían que simple), pero eso forma parte de su atractivo. Se puede aderezar con fruta, miel, hierbas o simplemente comer tal cual. Combina bien con platos dulces o salados y se mezcla fácilmente con salsas, adobos o incluso tortitas. Si quieres tener el control de lo que hay en tu bol, éste es para ti.
Aspectos destacados:
- Ingredientes sencillos, sin azúcar añadido
- Naturalmente rico en proteínas y calcio
- Incluye probióticos para la salud intestinal
- Flexible tanto para uso dulce como salado
Para quién es mejor:
- Personas a las que les gusta lo básico
- Cualquier persona que evite el azúcar
- Cocineros caseros que utilizan yogur en sus recetas
Conclusión
No existe un yogur que sirva para todos, y sinceramente, eso es bueno. Lo que funcione para ti depende totalmente de lo que estés buscando. Puede que lo que más te guste sean las proteínas. O tal vez sólo quieres algo sin lácteos que no sabe como un experimento científico. Algunas personas están aquí por la salud intestinal, otros sólo necesitan algo cremoso para echar en la granola.
Por suerte, el pasillo de los yogures está lleno de opciones. No tienes por qué quedarte con el mismo cada semana. Combínalos. Prueba una taza rica en proteínas después de entrenar, ten a mano yogur natural para cocinar o añade uno vegetal a la rotación si no quieres tomar lácteos. El yogur no es sólo un tentempié, es lo que tú hagas de él. Y cuando encuentras uno que se adapta a tu rutina, todo resulta más fácil.