Seamos realistas, comer bien no debería ser como resolver un rompecabezas. Si estás cansado de controlar los macros, de hacer malabarismos con las normas alimentarias o simplemente quieres sentirte bien con lo que hay en tu plato, puede que merezca la pena explorar la dieta basada en animales. Esta forma de comer se basa en la sencillez. Piensa en carne de calidad, huevos, marisco y lácteos enteros, alimentos ricos en nutrientes, saciantes y fáciles de trabajar. Tanto si quieres reducir el consumo de productos procesados como si quieres eliminar el azúcar o simplemente simplificar las comidas, este plan cumple todos los requisitos. Sin trucos, sin modas, sólo comida de verdad que cumple su función. En esta guía, te guiaremos a través de un plan de alimentación basado en alimentos de origen animal que se adapta a la vida real. Porque seamos realistas: si no es fácil de seguir, no va a funcionar.
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¿Qué es realmente una dieta basada en animales?
En esencia, una dieta de origen animal se basa en alimentos de origen animal. Es decir:
- Carne (ternera, cordero, cerdo, bisonte, carne de caza)
- Aves de corral (pollo, pavo, pato)
- Marisco (salmón, atún, gambas, vieiras)
- Huevos (preferiblemente de pasto)
- Lácteos (si se toleran: queso, nata, yogur desnatado, mantequilla)
- Carnes de órganos (como hígado y corazón)
- Grasas animales (sebo, manteca de cerdo, ghee, mantequilla)
A diferencia de las dietas carnívoras estrictas, que eliminan todos los alimentos vegetales, la dieta basada en animales deja un poco de margen de maniobra. Algunas personas incluyen pequeñas cantidades de fruta, hierbas, miel o verduras poco tóxicas, como pepinos o calabaza, en función de cómo reaccione su organismo.
¿Cuál es la idea principal? Céntrate en los alimentos procedentes de animales, evita la basura procesada y deja que tu cuerpo se alimente de nutrientes biodisponibles sin dramas digestivos.
Lo que se puede comer: Los alimentos básicos
He aquí un resumen de lo que se cuece en una típica cocina de origen animal:
Proteínas:
- Carne de vacuno, cordero, cabrito y cerdo alimentados con pasto
- Pollo y pavo alimentados con pasto
- Pescado salvaje: salmón, caballa, atún, trucha
- Marisco: gambas, cangrejos, vieiras, ostras
- Carnes de órganos: hígado, corazón, riñón
Huevos y lácteos:
- Huevos (revueltos, cocidos, fritos)
- Lácteos enteros (queso, nata, mantequilla)
- Lácteos fermentados como el kéfir y el yogur (sin azúcar)
Grasas:
- Sebo, manteca de cerdo, grasa de pato
- Ghee y mantequilla de pasto
- Médula ósea
Complementos opcionales:
- Miel cruda (pequeñas cantidades)
- Frutas de temporada (como bayas o aguacate)
- Hierbas y especias
- Caldo de huesos (hidratación y refuerzo del colágeno)

Ejemplo de plan de comidas de 7 días a base de animales
Comer a base de animales no tiene por qué ser complicado. Este plan de comidas de 7 días mantiene las cosas reales y ridículamente factibles. Está repleto de comidas ricas en nutrientes y proteínas con un sabor increíble y que realmente te llenan, sin picoteos constantes, sin ingredientes extraños y, definitivamente, sin cálculos de calorías.
Tanto si acabas de empezar como si quieres simplificar tu rutina, este plan te facilita comer mejor sin pensar demasiado en cada bocado.
Día 1: Empezar de forma sencilla y satisfactoria
Desayuno: Huevos Revueltos con Mantequilla + Bacon
Mantengámoslo clásico y saciante. Empieza la mañana con 3 huevos revueltos cocidos con una cucharada generosa de mantequilla. Si es posible, utiliza huevos de gallinas criadas en pastos: son más ricos en nutrientes y sabor. Revuélvelos lentamente a fuego lento para que queden suaves y cremosos en lugar de secos y gomosos.
Como guarnición, haz crujientes 2 tiras de bacon. Elige tocino sin curar, sin azúcar añadido ni conservantes innecesarios. Aporta un toque crujiente, salado y graso que te mantendrá saciado hasta la hora de comer sin que te entren ganas de picar algo.
Consejo: Salar los huevos al gusto, y si los lácteos le sientan bien, una pizca de queso duro rallado o una cucharada de ghee por encima añaden aún más riqueza.
Almuerzo: Filete de costilla a la parrilla
Esta es la pieza central. Un chuletón de buey grueso, idealmente de unas 8 a 10 onzas, consigue el equilibrio perfecto de proteínas y grasa. Sazónalo con sal y ásalo a la parrilla o a la sartén.
Si vas a cocinar en la cocina, utiliza una sartén de hierro fundido y caliéntala. Sofríe el filete durante 3-4 minutos por cada lado, dependiendo de lo hecho que te guste. En el último minuto, eche una cucharadita de mantequilla y unte el filete con ella. Déjelo reposar unos minutos antes de cortarlo.
Consejo: Mantenga la tapa de grasa. No es "extra", es combustible. Es rico, sabroso y te deja satisfecho durante horas.
Cena: Salmón a la sartén con piel crujiente
Terminamos el día con algo ligero pero lleno de nutrientes. El salmón es rico en Omega-3 y combina de maravilla con un dorado crujiente.
Utilice un filete con piel y séquelo dando golpecitos con una toalla de papel. Salar ambos lados. Calienta un poco de sebo, ghee o mantequilla en una sartén a fuego medio-alto. Coloca el salmón con la piel hacia abajo y no lo toques durante unos minutos: quieres que quede crujiente. Dale la vuelta y termina de cocinarlo hasta que la carne se desmenuce fácilmente.
Complemento opcional: Sírvelo con un huevo frito o un chorrito de mantequilla de hierbas derretida si quieres más grasa.
Ideas de aperitivos opcionales
No todo el mundo toma tentempiés con una dieta basada en animales, pero si eres muy activo o simplemente necesitas algo, aquí tienes algunas opciones fáciles:
- Un par de huevos duros (se pueden preparar con antelación)
- Cecina o biltong sin azúcar (cuidado con las etiquetas)
- Unas lonchas de queso curado (si incluye lácteos)
- Caldo de huesos con una pizca de sal (hidratante y rico en colágeno)
Día 2: Contundente, fácil y lleno de sabor
Desayuno: Tortilla de carne picada y queso cheddar
Es hora de mejorar tu rutina matutina. Esta receta es sustanciosa, sabrosa y sólo te llevará unos minutos prepararla.
Cascar 3 huevos en un bol y batirlos bien con una pizca de sal. En una sartén caliente, calentar una cucharada de mantequilla o ghee. Verter los huevos y dejar que se cuajen un poco. En una mitad, ponga aproximadamente ½ taza de carne picada cocida (sazonada simplemente con sal) y un puñadito de queso cheddar rallado si incluye lácteos. Dóblelo, cocínelo suavemente y sírvalo caliente.
¿El resultado? Una tortilla de queso y carne que te mantiene con energía y sin antojos hasta el almuerzo.
Consejo: Cocina carne picada para toda la semana. La volverás a usar y ahorrarás mucho tiempo.
Almuerzo: Muslos de pollo cocidos en sebo
Los muslos de pollo son un alimento básico en un plan basado en animales. Son ricos, jugosos y esa piel crujiente lo es todo.
Utiliza 2-3 muslos de pollo con piel y hueso. Séquelos y sazónelos con sal. Calienta 1-2 cucharadas de sebo de vacuno en una sartén a fuego medio. Cocinar primero los muslos con la piel hacia abajo, dejando que la piel se dore y quede crujiente. Dales la vuelta y cocínalos hasta que los jugos salgan transparentes. Déjelos reposar unos minutos antes de servir para que los jugos se queden en la carne y no en el plato.
Consejo: Guarde un tarro de sebo en la nevera: añade un delicioso sabor a todo y tiene un alto punto de humo, por lo que es perfecto para dorar la carne.
Cena: Chuletas de cordero con guarnición de caldo de huesos
El cordero aporta algo diferente sin salirse del plan. Es rico en hierro y grasas saludables y, bien cocinado, resulta absolutamente delicioso.
Sazone generosamente 2-3 chuletas de cordero con sal marina y un toque de romero si le gustan las hierbas. Dórelas en ghee o sebo a fuego medio-alto, cocinando cada lado durante unos 3-4 minutos dependiendo del grosor. Déjelos reposar antes de comer. Para acompañar, tómate una taza de caldo de huesos caliente. Es reconfortante, nutritivo y rico en colágeno.
Consejo: Si usas caldo comprado en la tienda, busca uno sin azúcares añadidos ni ingredientes extraños. Y si se gelatiniza al enfriarse, significa que está lleno de cosas buenas.
Ideas de aperitivos opcionales
- Muslo de pollo sobrante (frío o recalentado, ambos son estupendos)
- Cecina o palitos de carne (sin azúcar ni aditivos)
- Un par de lonchas de queso (si le gustan los lácteos)
- Una taza de caldo de huesos salado caliente - ideal para la hidratación y la digestión
Día 3: Rico, sabroso y apto para picar
Desayuno: Huevos cocidos + Cheddar curado
No todas las mañanas necesitan una sartén. Hoy vamos a desayunar algo fácil y sin complicaciones, con huevos duros y un poco de queso aparte.
Hierve 3-4 huevos al punto que prefieras (8-10 minutos para yemas firmes). Cuando estén hechos, pélalos, espolvoréalos con una pizca de sal y sírvelos con 2-3 lonchas pequeñas de queso cheddar curado u otro queso duro como el gouda o el parmesano. Es rápido, portátil y perfecto si no te apetece cocinar a primera hora.
Consejo: Hierve una tanda entera de huevos con antelación. Guárdalos en el frigorífico para comidas rápidas o tentempiés durante toda la semana.
Almuerzo: Lonchas de panceta de cerdo con mostaza
La panceta de cerdo es oro puro en una dieta basada en animales. Es rica, grasa y muy satisfactoria cuando se cocina bien. Corta tiras gruesas de panceta de cerdo (o cómpralas precortadas si las tienes). Sazona con sal y dóralas en una sartén a fuego medio hasta que la grasa se consuma y los bordes se doren y queden crujientes. Dale la vuelta y repite la operación por el otro lado.
Sírvalo con una cucharadita de mostaza en grano o de Dijon si incluye condimentos. La acidez equilibra la riqueza de la carne de cerdo maravillosamente.
Consejo: No se apresure. Deja que la grasa se haga lentamente para conseguir la textura crujiente perfecta sin que se seque.
Cena: Filete de atún a la plancha + gambas al lado
¡Noche de marisco! Esta combinación es ligera pero rica en proteínas y nutrientes esenciales como el selenio y los Omega-3.
Para el atún: Sazonar un filete de atún de 6-8 oz con sal y un chorrito de mantequilla derretida o ghee. Ase a la parrilla o en una sartén caliente durante 1-2 minutos por cada lado, dependiendo del grosor. El exterior debe estar dorado, pero el interior rosado y tierno.
Para las gambas: Saltear las gambas peladas en mantequilla o sebo con una pizca de sal hasta que estén bien hechas, unos 2 minutos por cada lado. Sírvelas junto con el atún o ponlas encima.
Acabado opcional: Un chorrito de limón o una pizca de sal en escamas hacen que este plato pase de ser sencillo a digno de un restaurante.
Ideas de aperitivos opcionales
- Un puñado de gambas cocidas con sal marina
- Tiras frías de panceta de cerdo (sí, siguen estando deliciosas)
- Huevos duros del desayuno
- Unos dados de queso duro
Día 4: Nutrición profunda, sin compromisos
Desayuno: Hígado y huevos
El hígado no es que sea de la vieja escuela, es que es uno de los alimentos más nutritivos que puedes comer. Si nunca lo has probado o has tenido una mala experiencia, hoy es el día de darle otra oportunidad. Prepáralo de forma sencilla y deja que su riqueza haga el trabajo.
Utilice unas 3-4 onzas de hígado de ternera o pollo cortado en lonchas finas. Enjuáguelo, séquelo y sazónelo ligeramente con sal. Sofríalo en mantequilla o ghee a fuego medio-alto durante 1-2 minutos por cada lado. Se cocina rápido, así que no se aleje. Servir con 2 huevos fritos o revueltos cocinados en la misma sartén (hola, aumento de sabor).
Consejo: Si el sabor del hígado es demasiado fuerte, remójalo en leche o agua con limón durante 20 minutos antes. Así se atenúa la intensidad sin matar los nutrientes.
Almuerzo: Muslos de pavo con ghee de ajo
Las patas de pavo están infravaloradas. Son carnosas, asequibles y están repletas de tejido conjuntivo que favorece la salud de las articulaciones.
Untar un muslo de pavo con sal y un poco de ajo en polvo (si se tolera). Asar en el horno a 190°C (375°F) durante unos 45-60 minutos, o hasta que la piel esté crujiente y la carne se despegue del hueso. A mitad del tiempo, rocíe con ghee derretido mezclado con un poco de ajo machacado para darle más sabor.
Consejo: Guarde el jugo de la sartén y viértalo sobre la carne en el momento de servir, es oro líquido.
Cena: Estofado de ternera con rabo de toro + huesos de tuétano
Es hora de ir un poco más despacio. El guiso de esta noche es rico, nutritivo y absolutamente perfecto para cocinar por lotes.
En una olla grande, dora en sebo unos trozos de rabo de toro y un par de huesos de tuétano de ternera. Añadir el estofado de ternera o las costillas (aproximadamente 1 libra de carne en total). Cubrir con agua o caldo de carne, llevar a ebullición y bajar a fuego lento. Dejar cocer a fuego lento durante 3-4 horas hasta que la carne esté tierna y el caldo espeso y sedoso.
Consejo: Este guiso mejora al día siguiente. Haga más y guarde las sobras para un almuerzo sin esfuerzo más adelante en la semana.
Ideas de aperitivos opcionales
- Unas lonchas de hígado cocido (sí, incluso frío)
- Caldo de huesos caliente con sal marina
- Cecina o palitos de carne con un mínimo de ingredientes
- Un trozo de queso duro o una cucharada de ghee si tienes un poco de hambre

Día 5: Comodidad a base de grasas sin colapsos
Desayuno: Salchichas y huevos
A veces los mejores desayunos son los más fáciles. Sin técnicas complicadas, sólo ingredientes sólidos bien cocinados. Empieza la mañana con 2 salchichas o hamburguesas (busca las que tengan pocos ingredientes, sólo carne, grasa y especias). Fríelas en la sartén hasta que estén doradas y chisporroteantes.
Aparte, revuelve o fríe 2-3 huevos en mantequilla o ghee. Sazónalos con sal y, si son lácteos, puedes añadirles un poco de queso rallado o una cucharada de nata espesa antes de revolverlos para que queden más ricos.
Consejo: Comprueba en las etiquetas de los embutidos si llevan azúcar añadido o rellenos extraños, aquí no hace falta.
Almuerzo: Pechuga de pato con piel
Puede que el pato suene elegante, pero es una de las carnes más fáciles y deliciosas de cocinar en casa, y esa piel crujiente es de otro nivel.
Cortar la piel en forma de cruz (sin cortar la carne), sazonar con sal y colocar la pechuga con la piel hacia abajo en una sartén fría. Poner a fuego medio y dejar que la grasa se haga lentamente durante 8-10 minutos hasta que la piel esté crujiente. Dale la vuelta y cocina el otro lado durante 3-4 minutos. Déjela reposar unos minutos antes de cortarla.
Consejo: Guarda esa grasa de pato fundida, es oro líquido para cocinar huevos, carne o casi cualquier cosa.
Cena: Vieiras salteadas con mantequilla
Las vieiras son una forma perfecta de acabar el día con una nota más ligera, pero siguen aportando muchas proteínas y grasas saludables.
Seque las vieiras y sazónelas con sal. Calentar una sartén a fuego medio-alto y derretir 1-2 cucharadas de mantequilla. Saltear las vieiras durante 1,5-2 minutos por cada lado hasta que se doren y estén bien hechas. Sírvalas con una cucharada extra de mantequilla derretida por encima y un chorrito de zumo de limón si lo desea.
Complemento opcional: Un huevo frito o escalfado al lado hace que esta comida sea aún más satisfactoria.
Ideas de aperitivos opcionales
- Lonchas de sobras de pato (frías o recalentadas en grasa de pato)
- Jerky o palitos de carne (sin azúcar ni soja)
- Uno o dos cubitos de queso
- Una cucharada pequeña de ghee si necesitas algo entre horas
Día 6: La comida preparada gana + Confort proteínico
Desayuno: Muffins de bacon y huevo (horneados en un molde para muffins)
Si tienes una mañana ajetreada por delante o simplemente quieres planificar mejor, esta es una receta ganadora. Estos muffins de huevo al horno son portátiles, ricos en proteínas y llenos de sabor.
En un bol, bate 6 huevos con una pizca de sal. Añada el beicon cocido picado (aproximadamente ½ taza) y, si tolera los lácteos, un puñado de queso duro rallado, como el cheddar o el parmesano. Engrase un molde para magdalenas con sebo o ghee, vierta la mezcla en los moldes y hornéelos a 190°C (375°F) durante 15-18 minutos, o hasta que estén hinchados y cuajados. Déjelos enfriar un poco antes de sacarlos. Cómete 2-3 calientes para desayunar y guarda los sobrantes en la nevera para mañana o para merendar.
Consejo: Se recalientan bien en el horno o en la freidora. También puedes cambiar la proteína con salchicha desmenuzada o hígado picado para variar.
Almuerzo: Hamburguesas de cordero molido con queso feta
El cordero es tierno, sabroso y perfecto cuando buscas algo un poco diferente. Añádele un poco de queso feta salado por encima y el almuerzo se convertirá en algo que te apetecerá.
Mezcle ½ libra de cordero molido con sal y (si lo desea) una pizca de orégano o ajo en polvo. Formar 2-3 hamburguesas pequeñas. Dórelas en una sartén con un poco de ghee o sebo durante 3-4 minutos por cada lado, hasta que estén doradas y bien hechas. Sírvalas con unos trocitos de queso feta de oveja (si tiene previsto utilizar productos lácteos) o rocíelas con la grasa sobrante de la sartén.
Consejo: Haz un lote doble mientras tanto. Las hamburguesas de cordero sobrantes son un aperitivo estupendo y sin esfuerzo.
Cena: Costilla a la plancha con médula ósea
No hay nada más sabroso que un costillar bien cocinado. Si le añades tuétano fundido por encima, pasa de ser estupendo a inolvidable.
Coge un filete de 10-12 oz, sazónalo generosamente con sal y déjalo reposar a temperatura ambiente durante 20-30 minutos. Caliente una sartén de hierro fundido a fuego alto y dore el filete durante 3-4 minutos por cada lado, dependiendo del grosor. Déjelo reposar unos minutos antes de cortarlo. Mientras se cocina el filete, ase un hueso de tuétano partido en el horno a 230°C (450°F) durante unos 15 minutos hasta que el centro esté blando y se pueda comer con cuchara. Sáquelo y extiéndalo sobre el chuletón como si fuera mantequilla.
Consejo: La médula ósea es rica en nutrientes y profundamente satisfactoria. Si es la primera vez que lo prueba, empiece con una cucharada pequeña y vaya creciendo.
Ideas de aperitivos opcionales
- Panecillos de huevo con bacon sobrante (fríos o recalentados)
- Mini hamburguesas de cordero con una pizca de sal
- Unas lonchas de queso curado
- Sorbos de caldo de huesos caliente entre comidas
Día 7: Clásicos reconfortantes con un toque proteínico
Desayuno: Revuelto de yemas de huevo con restos de carne asada
Terminemos la semana con algo rico y un poco indulgente. Este desayuno se centra en las yemas de huevo, que aportan grasa y cremosidad, y en la sabrosa carne asada, que te mantendrá saciado durante horas.
Separar 4-5 yemas de las claras (guardar las claras para hornear u otras recetas si se desea). Revuelva suavemente las yemas en una sartén con mantequilla o ghee a fuego lento. Remover lentamente para que queden aterciopeladas y suaves. Calentar unas lonchas de carne asada sobrante en la misma sartén o aparte. Sírvalo todo junto con una pizca de sal.
Consejo: No te saltes la mantequilla, las yemas solas pueden quedar secas. Cocínalo a fuego lento para conseguir una textura suave y cremosa.
Almuerzo: Ensalada de gambas y huevo con mayonesa casera
Esta combinación es ligera, refrescante y sorprendentemente saciante. Además, es una opción ideal para preparar con antelación si tienes una tarde ajetreada.
Hervir 2 huevos, pelarlos y picarlos. Cocer 6-8 gambas peladas en mantequilla o ghee, sólo un minuto o dos por cada lado. Déjalas enfriar un poco. Mezcla los huevos picados y las gambas con 1-2 cucharadas de mayonesa casera o limpia (busca versiones elaboradas con grasas animales o aceite de oliva, no aceites de semillas). Añade una pizca de sal. Puedes servirlo tal cual o servirlo con cuchara en tazas de lechuga si vas a incluir pequeñas cantidades de verduras.
Consejo: Haz una tanda de mayonesa casera con yemas de huevo, zumo de limón y sebo o ghee derretido, es más fácil de lo que crees y se conserva bien en la nevera.
Cena: Cuartos de pollo asado con piel crujiente
Terminamos la semana con una sencilla y satisfactoria cena de pollo asado, sin complicados preparativos, sólo piel dorada y carne jugosa.
Tome 2 cuartos de pollo con hueso y piel. Séquelos y sazónelos generosamente con sal (y un poco de ajo o pimentón ahumado si lo prefiere). Áselos a 205°C (400°F) durante 45-50 minutos hasta que la piel esté crujiente y la temperatura interna alcance los 165°F. Dejar reposar unos minutos antes de servir. Cómete la piel. Ahí es donde está la magia.
Consejo: Si quedan restos en la sartén, viértelos directamente sobre la carne o guárdalos para preparar el desayuno de mañana. No desperdicies nada.
Ideas de aperitivos opcionales
- Sobras de gambas o pollo (frías también sirven)
- Uno o dos huevos duros con sal marina
- Una cucharada de mayonesa o ghee (en serio, funciona)
- Un cubito de queso curado, si aún incluye lácteos
Y eso es una semana completa de comidas sencillas y satisfactorias. Sin listas interminables de la compra, sólo comida de verdad que alimente tu cuerpo y te haga sentir bien. Si una comida destaca, repítela. Si algo no funciona, modifícalo. Este plan es un punto de partida, no un reglamento. Hazlo tuyo, hazlo fácil y, lo más importante, disfruta de lo que comes.

Consejos para empezar sin darle demasiadas vueltas
Empezar despacio
No hace falta que vacíes la nevera o tires tus comidas favoritas el primer día. Empieza por añadir más comidas de origen animal y reduce gradualmente los carbohidratos procesados y los tentempiés. Para muchas personas, es más fácil (y más sostenible) añadir lo bueno antes de restar todo lo demás.
Hidrátese más de lo habitual
Reducir los carbohidratos significa que el cuerpo elimina más agua y electrolitos. Por eso es tan común sentirse lento o confuso al principio. Bebe agua a sorbos durante todo el día y no tengas miedo de añadir sal marina, potasio y magnesio para mantener la energía y evitar los primeros dolores de cabeza de la transición.
No temas a la grasa
Si te han enseñado a quitarle la grasa a la carne o a verter la grasa de cocinar, es hora de que lo desaprendas. La grasa es tu fuente de energía y te ayuda a mantenerte lleno y satisfecho. Busca cortes más grasos como el costillar, los muslos de pollo o la panceta de cerdo, y cocina con grasas animales como mantequilla, ghee o sebo. Las proteínas magras por sí solas no son suficientes a largo plazo.
Escucha a tu cuerpo
Algunos días tendrás mucha hambre, sobre todo al principio. Otros días, puede que le apetezca comer menos. Ambas cosas son normales. Este plan funciona mejor si come hasta que se sienta cómodamente lleno, no hasta hartarse. No es necesario forzar los horarios ni ignorar las señales naturales del hambre.
Controle cómo se siente, no sólo lo que come
No se trata de contar calorías. En su lugar, preste atención a cómo responde su cuerpo. ¿Duerme mejor? ¿Tiene más energía por la tarde? ¿Su digestión es más fluida? Notar estos pequeños cambios puede ayudarte a mantener la motivación y darte información real sobre lo que está funcionando.
Para terminar
La dieta basada en alimentos de origen animal es más que una moda: es una vuelta a la comida de verdad. Si buscas simplificar tus comidas, mejorar tu energía y eliminar las conjeturas a la hora de comer, merece la pena probar este enfoque.
Empieza por lo básico. Concéntrate en cómo te sientes. Ajústalo sobre la marcha.
Y recuerda: tu plato no tiene por qué ser perfecto para nutrir tu cuerpo. Sólo tiene que funcionar para ti.
Preguntas frecuentes
1. ¿Qué es exactamente una dieta basada en animales?
Es una forma de alimentarse que se centra principalmente en los alimentos de origen animal: carne, huevos, marisco, lácteos enteros y grasas animales. Algunas personas incluyen pequeñas cantidades de fruta o hierbas, pero la base de la dieta son los alimentos ricos en nutrientes y proteínas de origen animal. Piensa que se trata de volver a lo básico, no sólo de reducir los carbohidratos.
2. ¿Tengo que renunciar a todas las plantas?
No necesariamente. Mientras que las versiones estrictas eliminan por completo las plantas (como la dieta carnívora), muchas personas que siguen un plan basado en animales incluyen un poco de fruta, miel o hierbas bien toleradas. Es flexible, haz lo que funcione para tu cuerpo y tu estilo de vida.
3. ¿Puedo hacerlo si estoy ocupado o no me gusta cocinar?
¡Sí! Esa es una de las mejores partes. Las comidas de origen animal suelen ser rápidas y sencillas: filete, huevos, caldo, pescado a la sartén. No necesitas preparar cinco platos el domingo. Sólo tienes que llenar la nevera de carne y huevos de buena calidad, y no complicarte.
4. ¿Obtendré suficientes nutrientes sin verduras?
Sorprendentemente, sí. Los alimentos de origen animal son increíblemente ricos en nutrientes. Sólo el hígado está repleto de vitaminas A, B12 y hierro, entre otras. El marisco ofrece yodo, selenio y Omega-3. Puede que no necesita Si bien es cierto que es importante que los vegetarianos alcancen sus objetivos nutricionales, no está de más que controle cómo se siente y considere la posibilidad de hacerse análisis de sangre si va a seguir una dieta a largo plazo.
5. ¿Es seguro para todos?
La mayoría de los adultos sanos pueden probar una dieta basada en animales de forma segura, sobre todo a corto plazo. Pero si tienes problemas renales, diabetes avanzada o problemas de salud específicos, consulta a tu médico o dietista antes de empezar. Siempre es mejor adaptar la dieta a tus necesidades específicas.
6. ¿Y el colesterol? ¿Esta dieta no lo empeorará?
Es habitual que se produzcan algunos cambios en el colesterol, sobre todo al principio, pero muchas personas experimentan una mejora de los índices (HDL más alto, triglicéridos más bajos). Dicho esto, las respuestas individuales varían. Si le preocupa, hágase un perfil lipídico antes de empezar y unos meses después, y hable con un profesional sanitario que entienda de dietas bajas en carbohidratos o ricas en grasas.