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Un plan de comidas de 1.800 calorías realmente satisfactorio y fácil de seguir

¿Encontrar un plan de comidas que te ayude a sentirte bien, mantenga tu energía constante y no te deje constantemente hambriento? Ese es el punto ideal. Para muchas personas, 1.800 calorías alcanzan ese equilibrio: no es demasiado restrictivo, pero sí lo bastante estructurado como para ayudar a perder peso o a mantenerlo. El truco está en cómo se utilizan esas calorías. No se trata sólo del número, sino de preparar comidas que parezcan comidas de verdad. Alimentos que sacien, que sean sabrosos y que no te hagan asaltar la nevera dos horas después. Este enfoque es flexible, factible y realista para la vida diaria.

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¿Quién debe seguir una dieta de 1.800 calorías?

Sinceramente, depende de dónde empieces y de cómo sea tu día a día. Si eres moderadamente activo -tal vez caminas mucho, persigues a los niños, vas al gimnasio varias veces a la semana o simplemente no te pasas el día sentado-, 1.800 calorías pueden ser un buen punto de partida. Es combustible suficiente para mantener el cerebro despierto y la energía alta sin caer en el exceso.

Este nivel de calorías también es adecuado para quienes intentan perder peso pero no quieren bajar demasiado y acabar hambrientos a las 3 de la tarde (a todos nos ha pasado). Es un buen punto de partida si 1.200 o 1.500 calorías no son suficientes para ti, porque seamos realistas, nadie quiere vivir del aire y las hojas de ensalada. También puede ser un buen intervalo de mantenimiento si ya has terminado con la dieta y sólo quieres un ritmo que mantenga las cosas estables. Aquí hay espacio para comidas que parezcan reales: desayuno, comida y cena de verdad, con tentempiés que no parezcan tristes ocurrencias de última hora.

Por supuesto, no es una talla única. Si eres muy activo, entrenas mucho o tienes necesidades específicas de salud, esta cifra puede ser demasiado baja. Por el contrario, si eres una persona sedentaria o tienes una complexión más pequeña, podría ser un poco alto. ¿Su mejor opción? Empieza por aquí, escucha a tu cuerpo y ve ajustando sobre la marcha. No se trata de una regla rígida, sino de un punto de partida que tiene sentido en la vida real.

Qué incluir en un día de 1.800 calorías

Tienes 1.800 calorías con las que trabajar, que son más que suficientes para preparar comidas que realmente te satisfagan y no te hagan sentir como si estuvieras a dieta. La clave es asegurarse de que esas calorías proceden de alimentos que te aportan algo a cambio, como energía, concentración y esa sensación de estar lleno pero no saciado. No se trata tanto de restricción como de equilibrio. A continuación te explicamos cómo hacerlo sin agobiarte.

Un desayuno de verdad que te aguanta

Empieza con algo que te alimente, no sólo que te llene. Los copos de avena con mantequilla de frutos secos y fruta, los huevos revueltos con tostadas y aguacate o el yogur griego con bayas y un poco de granola alcanzan ese punto óptimo de carbohidratos, proteínas y grasas. Quieres salir satisfecho del desayuno, no ir a por un segundo café por hambre.

Un almuerzo que parece una comida

Este es tu tentempié del mediodía. Elige algo que incluya proteínas (como pollo, judías, atún o tofu), hidratos de carbono ricos en fibra (arroz integral, quinoa o pan integral) y un montón de verduras. Debe ser colorido, saciante e incluso algo que te apetezca comer.

Cena que ancla su día

La cena debe cerrar el día sin que entres en coma. Un bol con verduras asadas, cereales y proteínas funciona bien, o incluso un plato de pasta con verduras y algo sustancioso como salmón o lentejas. Es un buen momento para relajarse con una comida caliente que te reconforte sin resultar pesada.

Aperitivos con intención

Hay espacio para tentempiés, aprovéchalo. A media mañana o por la tarde, come algo que te sirva de tentempié sin disparar el azúcar en sangre. Un puñado de almendras, fruta con mantequilla de frutos secos o verduras con hummus son buenos tentempiés. El objetivo es picar algo con un propósito, no por aburrimiento.

Un poco de respiro

No tienes que obsesionarte con llegar a 1.800 exactamente. Algunos días puedes llegar a 1.750, otros a 1.850... todo se equilibra. Deja un poco de espacio para las cosas que te gustan, ya sea un trozo de chocolate negro o una copa de vino. La flexibilidad hace que el plan sea sostenible, y eso es lo que realmente importa.

Plan de comidas de muestra de 1.800 calorías para 7 días

No se trata de comer todos los días el mismo pollo soso con brócoli. Un buen plan de comidas debe proporcionarte estructura y variedad, con comidas que te parezcan factibles un martes por la noche y que aún así sepan a algo que realmente te apetezca comer. Aquí tienes un ejemplo de 7 días que te ayudará a empezar: no necesitas una aplicación para contar calorías, sólo sentido común, equilibrio y comida que te apetezca comer.

Día 1

Comidas sencillas y constantes para empezar con buen pie. Ingredientes básicos como los copos de avena, el pollo a la plancha y las frutas suaves hacen que este día resulte ligero pero satisfactorio. Nada picante, nada pesado.

  • El desayuno: Dos magdalenas de plátano y avena con especias hechas con antelación, acompañadas de ½ taza de yogur griego natural y una clementina. Las magdalenas aportan un sabor cálido y el yogur te mantiene saciado.
  • La comida: Una batata mediana asada y rellena con ¼ de taza de alubias blancas, 2 cucharadas de salsa, ¼ de aguacate, una cucharada de yogur natural y cebollino fresco. Cremoso, sabroso y sorprendentemente saciante.
  • La cena: Un filete de salmón a la sartén con chile servido sobre puré de berenjena asada con limón y ajo. Termina con un cuenco pequeño de uvas congeladas para algo dulce y frío.
  • Aperitivos: Trozos de piña en brochetas espolvoreados con cayena y servidos con chips de coco y unos anacardos. Después, coge una barrita de proteínas de marca blanca como RXBAR.

Día 2

Sabores brillantes y sabrosos y texturas crujientes para que te sientas bien alimentado. Todo es fácil de preparar con antelación o en el momento.

  • El desayuno: Tortilla de granos germinados rellena de huevos revueltos, aguacate cremoso, cilantro picado y un pequeño toque de chile en polvo.
  • La comida: Ensalada de lentejas mezcladas con pepino picado, tomates, zanahorias ralladas, cebolletas y nueces. Servir sobre espinacas y aliñar con una mezcla rápida de aceite de oliva y vinagre.
  • La cena: Muslos de pollo glaseados con arce y asados hasta que estén dorados, servidos con un puñado de patatas fritas de boniato congeladas y judías verdes al vapor.
  • Aperitivos: Palitos de verduras crudas con un cremoso dip de yogur griego + Laughing Cow. Por la tarde, yogur Siggi's con frutas del bosque y un puñadito de pistachos.

Día 3

Fresco, colorido y un poco más alegre. Las tazas de lechuga y los parfaits son ligeros pero saciantes.

  • El desayuno: Parfait de yogur griego con granola KIND, rodajas de kiwi y arándanos. Un poco dulce, un poco ácido y crujiente en todos los sentidos.
  • La comida: Tazas de lechuga romana rellenas de gambas precocinadas, edamame sin cáscara, pimientos rojos picados, una pizca de cacahuetes y una cucharadita de salsa teriyaki.
  • La cena: Fideos" de calabaza espagueti cubiertos con albóndigas de pavo y tu salsa de tomate favorita. Añade una cucharada de parmesano si te queda bien.
  • Aperitivos: Una mini tabla de quesos con ½ taza de uvas y una loncha de mozzarella semidesnatada. Más tarde, media pera con 1 cucharada de mantequilla de cacahuete y unas almendras.

Día 4

Todo es rapidez y comodidad. Todo se hace rápido, pero da la sensación de que te has esforzado.

  • El desayuno: Dos gofres integrales tostados cubiertos con 1 cucharada de mantequilla de almendras, 1 cucharada de dátiles picados y una pizca de canela.
  • La comida: Burrito bowl estilo Chipotle con lechuga, fajita de verduras salteadas, filete y judías pintas. Sáltate el arroz y el aliño y usa salsa de maíz para darle más sabor.
  • La cena: Ensalada asada con garbanzos, champiñones y dados de calabaza, aliñada con aceite de oliva y limón. Añade un bol de fresas frescas o congeladas de postre.
  • Aperitivos: Una barrita KIND por la mañana, 1 oz de semillas de calabaza después. Termina el día con "pudding" de calabaza: ½ taza de calabaza enlatada mezclada con yogur griego, canela y un chorrito de miel.

Día 5

Un día acogedor, de comida caliente. Una mezcla de cuencos, asados y un postre sólido para redondearlo.

  • El desayuno: Un tazón caliente de arroz salvaje mezclado con espinacas salteadas y cubierto con un huevo al sol. Añade salsa picante si te gusta el calor por la mañana.
  • La comida: Calabaza y mezcla de verduras congeladas mezcladas con 1 cucharadita de arándanos secos, un poco de miel y sazonado al gusto. Servir con lonchas de pechuga de pavo (5 oz, sin piel).
  • La cena: Gambas salteadas con ajo y aceite de oliva, servidas sobre una ensalada de judías negras con zumo de lima y cebolla roja. ¿El postre? Una manzana asada con canela.
  • Aperitivos: ½ taza de fresas con una cucharada de pepitas de chocolate negro, además de palitos de zanahoria y pimiento mojados en hummus.

Día 6

Comidas poco estresantes que resultan frescas pero no extravagantes. Perfectas para un fin de semana o un día de poca energía.

  • El desayuno: Muesli con frambuesas y rodajas de plátano, servido con leche de almendras o yogur natural, según te apetezca.
  • La comida: Sándwich integral con hummus, zanahorias, pepino y espinacas. Añade una loncha de queso cheddar y una clementina aparte.
  • La cena: Sopa de boniato al curry y cacahuete servida caliente con una rebanada de baguette integral. Comida reconfortante sin el choque.
  • Aperitivos: Merienda matutina: una manzana con 1 cucharada de mantequilla de cacahuete. Después: un palito de queso o un puñadito de almendras.

Día 7

Termina la semana con comidas flexibles y aptas para el frigorífico que no exijan un viaje completo al supermercado. Aprovecha lo que queda y hazlo fácil.

  • El desayuno: Anillos de pimiento asados en la sartén con un huevo cocido en el centro, cubiertos con salsa de aguacate. Servir con un plátano.
  • La comida: Sobras de sopa del Día 6 o prepara un bol de cereales con lentejas cocidas, espinacas y cualquier verdura asada que aún tengas.
  • La cena: Pasta dip de espinacas y alcachofas hecha con una cremosa salsa de yogur griego, servida con una gran guarnición de ensalada y vinagreta balsámica.
  • Aperitivos: 1 taza de frambuesas con unos cuadraditos de chocolate negro, y cualquier fruta o fruto seco sobrante que aún tenga buen aspecto.

Puedes mezclar, combinar o cambiar ingredientes en función de lo que tengas. El objetivo no es la perfección, sino la coherencia. ¿Y si una de estas comidas acaba siendo cereales para cenar? No pasa nada.

Consejos para preparar comidas con éxito

Preparar las comidas no significa cocinar todo de antemano ni convertir la cocina en una cadena de montaje a tiempo completo. Se trata más bien de dar al futuro un poco de respiro cuando las cosas se ponen agitadas. Si estás intentando seguir un plan de 1.800 calorías, aquí tienes algunos hábitos de preparación que te harán la vida más fácil, sin agobios.

  • Elige 2-3 comidas repetidas para cocinar en lote: Piensa en tazas de avena, ensalada de lentejas, verduras asadas o pollo a la parrilla. Cosas que se conservan bien y saben igual de bien al tercer día.
  • Picar una vez, usar toda la semana: Corta previamente las cebollas, los pimientos, las zanahorias y los pepinos para que estén listos para picar o para comidas rápidas, sin lágrimas ni complicaciones a mitad de semana.
  • Prepare un grano y una proteína por adelantado: Cocina una gran cantidad de arroz, quinoa o farro, y prepara una proteína como tofu al horno, huevos o pollo asado para mezclar y combinar.
  • Reparte tus tentempiés: Embolsa frutos secos, fruta cortada o complementos para el yogur, como granola, con antelación para no tener que coger cosas al azar cuando tengas hambre.

No es necesario preparar cada bocado, sólo lo suficiente para evitar la confusión de mitad de semana. El objetivo es hacer las comidas más fáciles, no perfectas.

Cómo adaptar este plan a sus objetivos

Piensa en este plan como un punto de partida, no como un reglamento rígido. Las necesidades de cada persona son diferentes: lo que funciona bien para una persona puede hacer que otra se sienta agotada o demasiado llena. Lo bueno de un plan de 1.800 calorías es que es flexible. Puedes aumentarlo o reducirlo en función de tu cuerpo, tu rutina y cómo te sientas durante el día.

¿No ves progresos? Prueba un pequeño ajuste

Si su objetivo es perder peso y después de un par de semanas no consigue adelgazar, intente reducir entre 100 y 150 calorías al día. Nada drástico: quizá cambiar un tentempié hipercalórico por algo más ligero o ajustar un poco el tamaño de las raciones. Mantén todo lo demás igual para que siga siendo fácil de seguir.

¿Cansado o hambriento? Añada un poco más

Hay días en los que se necesita más comida. Puede que hayas caminado más de lo habitual, que hayas hecho más ejercicio o que te hayas levantado con más hambre, algo totalmente normal. Añade un tentempié rico en proteínas o completa ligeramente tus comidas con verduras, legumbres o cereales integrales. No lo estás "estropeando". Estás respondiendo a lo que te pide el cuerpo.

¿Más entrenamiento? Combustible

Si levantas peso, corres o realizas cualquier actividad física intensa, es probable que necesites un aumento de calorías para recuperarte y sentirte bien. Eso puede significar un aporte extra de carbohidratos durante los entrenamientos o un almuerzo más abundante con más proteínas. Deja que tu movimiento guíe tu alimentación, no al revés.

Conclusión

Si hay algo que aprender, es lo siguiente: un plan de comidas debe adaptarse a tu vida, no oponerse a ella. El intervalo de 1.800 calorías es un punto intermedio sólido para muchas personas. Es suficiente para comer bien, sentirse saciado y seguir cumpliendo sus objetivos sin tener que contar cada bocado ni saltarse los alimentos que le gustan. Tanto si estás intentando perder un poco de peso, como si quieres mantener lo que ya funciona o simplemente estructurar un poco más tu semana, este enfoque te da espacio para respirar. La planificación no tiene por qué significar perfección. Algunas semanas cocinarás más, otras dependerás de atajos precocinados, y eso está bien. 

PREGUNTAS FRECUENTES

1. ¿Es 1.800 calorías una buena cantidad para perder peso?

Para mucha gente, sí. Te da suficiente comida para sentirte saciado a la vez que creas un déficit calórico moderado, especialmente si eres moderadamente activo. Es un punto de partida mucho más fácil que saltar directamente a 1.200 o 1.500, que a menudo acaba en agotamiento (y atracones de snacks).

2. ¿Puedo seguir comiendo carbohidratos con este plan?

Por supuesto. Los cereales integrales, la fruta, las legumbres e incluso la pasta tienen cabida aquí. El truco está en el equilibrio: combina los hidratos de carbono con proteínas, fibra y grasas para que te sacien en lugar de aumentar tu energía y quemarla una hora más tarde.

3. ¿Y si supero las 1.800 calorías algunos días?

Totalmente normal. Un día alto en calorías no arruinará nada. Tu cuerpo funciona con patrones, no con la perfección. Procura ser constante a lo largo del tiempo y todo irá bien.

4. ¿Necesito hacer un seguimiento de todo lo que como?

No, a menos que quieras hacerlo. A algunas personas les resulta útil llevar un registro al principio, pero una vez que te familiarizas con el tamaño de las raciones y la estructura de las comidas, puedes seguir tu plan sin tener que registrar cada bocado.

5. ¿Este plan también sirve para el mantenimiento?

Sí. Si 1.800 mantiene tu peso estable, es un buen rango para el mantenimiento. Puede que tengas que ajustarlo ligeramente en función de lo activo que seas o de cómo responda tu cuerpo, pero es un buen punto de partida para la mayoría de la gente.