Si alguna vez has intentado comer sólo alimentos de origen animal durante más de unos pocos días, sabes que no es tan fácil como parece. Por supuesto, la dieta carnívora elimina un montón de cansancio a la hora de tomar decisiones: sin carbohidratos, sin etiquetas que descifrar, sin interminables grupos de alimentos que rotar, pero aún así puede parecer repetitiva, difícil de organizar y fácil de abandonar sin un plan. Ahí es donde hemos descubierto que la estructura es más importante: tener tus comidas planificadas semana a semana puede convertir "sólo carne" en algo que realmente funcione durante 30 días seguidos.
En ReciMe, hemos creado nuestra aplicación para ayudar a las personas a seguir cualquier enfoque alimentario que les funcione, incluso si se trata de cero carbohidratos y bistec para el desayuno. Puedes guardar recetas desde cualquier lugar, soltarlas en tu planificador de comidas y obtener una lista de la compra ordenada por pasillo en cuestión de segundos. ¿Quieres ser carnívoro? Te ayudaremos a hacer un seguimiento de lo que ya has cocinado, ajustar las comidas sobre la marcha, y asegurarnos de que no estás de pie en la nevera preguntándose si el tocino y los huevos de nuevo es una cena válida (lo es). Sencilla, flexible y diseñada para que la gente coma como realmente lo hace. Descárgate ReciMe hoy mismo y haz que la planificación de comidas dietéticas vuelva a ser fácil.

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Espera, ¿sólo comes carne?
Más o menos. La dieta carnívora elimina todo excepto los alimentos de origen animal: carne, pescado, huevos y quizá un poco de queso si toleras los lácteos. Ni frutas, ni verduras, ni cereales, ni azúcar. Es lo contrario de lo que se suele llamar "plato equilibrado", y de eso se trata. Al eliminar todos los carbohidratos, el cuerpo pasa a quemar grasa como combustible en lugar de glucosa. Algunas personas dicen que se sienten más agudas, con más energía y mucho menos hinchadas. ¿Y otros? No tanto. La primera semana puede ser dura: dolores de cabeza, fatiga y antojos mientras el organismo se adapta.
¿Es seguro hacerlo durante 30 días? Eso realmente depende de su cuerpo. Para muchos, funciona como un restablecimiento a corto plazo, especialmente para las personas que sufren inflamación, bajones de energía o problemas digestivos. Pero no es una solución universal. Te estás saltando muchos nutrientes que se encuentran en las plantas (como la fibra y la vitamina C), y algunas personas pueden tener problemas con la digestión o la falta de nutrientes. Si tienes problemas de salud o simplemente no estás seguro, siempre vale la pena consultar a tu médico antes de empezar. Treinta días comiendo sólo carne no es necesariamente peligroso, pero tampoco es un cambio casual.

Plan de comidas carnívoras de 30 días: Desglose día a día
Lo entendemos. Quieres tener todo el plan planificado. Sin conjeturas, sin el pánico de "qué como hoy" a las 7 de la mañana. Sólo un plan claro para 30 días que mantenga tus comidas sencillas, satisfactorias y fáciles de seguir. Aquí tienes tu guía diaria, basada libremente en el ritmo semanal pero desglosada claramente por días. Modifícala en función de lo que te guste y de lo que tengas en la nevera.
Día 1
Por la mañana, empieza con huevos revueltos con mantequilla y beicon crujiente. Para comer, opta por jugosas hamburguesas de carne picada cocinadas en sebo. Para terminar, cene un filete de buey bien asado. Salar generosamente, dejar reposar antes de cortar y listo.
Día 2
Empieza el día con una rica tortilla de yemas y un chorrito de nata. Para comer, asa muslos de pollo con piel hasta que estén dorados y crujientes. La cena es sencilla y saciante: chuletas de cerdo salteadas en ghee, servidas calientes y sin adornos.
Día 3
Unos huevos duros acompañados de un filete en lonchas finas son un desayuno fácil y satisfactorio. Para comer, chamusca un trozo de salmón con sal marina. ¿Y la cena? Una taza caliente de caldo de huesos con carne asada desmenuzada.
Día 4
Para desayunar, un clásico: bacon y huevos al sol. Para comer, asa chuletas de cordero hasta que estén tiernas. Para cenar, hornea la trucha, sazonada solo con sal.
Día 5
La tortilla rellena de feta por la mañana aporta un poco de sabor ácido si te van bien los lácteos. A mediodía, hamburguesas de pavo con queso cheddar. Termina el día con lonchas de panceta de cerdo asadas hasta que estén crujientes y doradas.
Día 6
Saltea hígado de pollo en mantequilla para un desayuno repleto de nutrientes. El almuerzo es un plato de atún con huevos duros, ligero pero rico en proteínas. La cena es muslo de pato confitado con piel crujiente que sabe mejor que la comida para llevar.
Día 7
Para empezar, una tortilla de queso con trocitos de beicon. Para comer, disfruta de un filete de hierro plano con costra de hierbas. La cena es salmón a la plancha con piel para que esté crujiente.
Día 8
Los huevos pasados por agua con panceta le dan un toque más elegante al desayuno. El almuerzo consiste en ternera desmenuzada cocinada a fuego lento en caldo. La cena incluye muslos de pollo crujientes en sebo hasta que los bordes chisporrotean.
Día 9
Consiéntase con bacon y huevos revueltos. Para comer, asa una hamburguesa gruesa de bisonte y cúbrela con queso curado. En la cena, asa sardinas hasta que la piel burbujee.
Día 10
Calienta las tiras de filete sobrantes en mantequilla para un desayuno rápido. Para el almuerzo, unas costillas de cordero asadas con sal marina son un sabroso centro de mesa. La cena es un plato de tiernas costillas cocinadas a fuego lento en caldo hasta que se deshacen.
Día 11
Prueba la salchicha de pavo con una guarnición de huevos fritos por la mañana. Para comer, hornea o fríe alitas de pollo hasta que la piel esté perfectamente crujiente. La cena es una pechuga de pato a la sartén, poco hecha y rica.
Día 12
Los bocaditos de huevo envueltos en beicon son perfectos para un desayuno sin complicaciones. Saltea las sobras de costillar para un almuerzo rápido. La cena es una paletilla de cerdo asada a fuego lento hasta que esté tierna.
Día 13
Prepara una frittata con restos de carne y queso para empezar el día. Haz salmón o trucha a la plancha para comer, con el mínimo condimento. Chuletas de lomo de cordero para cenar: saladas, a la plancha y servidas sin nada más.
Día 14
Empieza con una tortilla de queso cheddar y café solo (si te lo quedas). Almuerce hamburguesas de carne picada, sazonadas, chamuscadas y apiladas. Termina con tuétano asado, espolvoreado con sal escamosa.
Día 15
Lo clásico son los huevos revueltos con beicon. Para comer, hornea muslos de pollo hasta que la piel esté crujiente. La cena es un filete de Nueva York: sencillo, fiable y siempre satisfactorio.
Día 16
Prepara una tortilla cremosa con un poco de carne picada que te haya sobrado. El atún y los huevos cocidos son un almuerzo fácil y rico en proteínas. Rebanadas crujientes de panceta de cerdo para la cena hasta que estén doradas y crujientes.
Día 17
Huevos pasados por agua para empezar el día sin complicaciones. Para comer, hazte un magret de pato a la plancha, poco hecho. Termina el día con un chuletón de buey y mucha sal.
Día 18
Mézclalo con una frittata con queso para desayunar. El almuerzo vuelve a ser alitas de pollo crujientes porque merece la pena repetir. Asa costillas de cordero hasta que la carne se desprenda fácilmente del hueso.
Día 19
Tocino y huevos para desayunar, de nuevo y de alguna manera todavía satisfactorio. Para comer, un cuenco caliente de carne picada cocida en sebo. La cena es un filete de salmón a la sartén con un toque de ghee.
Día 20
Un buen comienzo son las tiras de filete fritas con mantequilla. El almuerzo son hamburguesas de pavo, rápidas y versátiles. Para terminar, chuletas de cerdo, ligeramente sazonadas y asadas a la parrilla a tu gusto.
Día 21
Hierve huevos y panceta crujiente para un bocado rápido por la mañana. Para comer, asa sardinas o caballa. La cena son costillas cocinadas hasta que estén tiernas y ricas.
Día 22
Empieza el día con una tortilla rellena de restos de filete. Las chuletas de cordero para comer siempre son un acierto. Asa una hamburguesa de bisonte para cenar, quizá con una loncha de queso curado.
Día 23
Come huevos duros por la mañana. Asa pato a mediodía para variar el ritmo. Para cenar, unos muslos de pollo crujientes, sazonados de forma sencilla.
Día 24
Las hueveras envueltas en bacon son ideales cuando se dispone de poco tiempo. El atún con queso duro es un almuerzo rápido. ¿La cena? Ribeye, otra vez y no te arrepentirás..
Día 25
Empieza con salchichas de pavo y huevos. Para comer, una paletilla de cerdo asada. La cena es salmón, sencillo y a la plancha.
Día 26
El bistec con huevos fritos es el desayuno energético por excelencia. Come costillas de cordero a mediodía, sin necesidad de guarnición. El caldo de huesos cargado de carne desmenuzada es perfecto para la cena.
Día 27
Una tortilla de queso para empezar el día (si sigues tolerando los lácteos). El almuerzo son alitas de pollo crujientes. La cena es panceta de cerdo asada con guarnición de... más panceta de cerdo.
Día 28
Los huevos revueltos con mantequilla son una buena opción por la mañana. Para el almuerzo, cocina un filete de hierro plano a término medio. La cena vuelve a ser pato confitado, porque está demasiado bueno como para no repetir.
Día 29
Hierve huevos y fríe panceta para un combinado salado. Asa hamburguesas de bisonte para comer. Las chuletas de lomo de cordero cierran la velada con sabor y grasa.
Día 30
A lo grande. Filete y huevos para empezar. Un cuenco de salmón para comer. ¿Y para cenar? Tu comida favorita del mes pasado. Elige la que repetirías con gusto.

Beneficios que notará en 30 días
El cuerpo de cada persona reacciona de forma diferente, pero después de un mes de no comer nada más que alimentos de origen animal, empiezan a aparecer ciertos patrones, algunos esperados y otros sorprendentemente bienvenidos. Esto es lo que la gente suele decir después de 30 días de alimentación carnívora:
- Muchos menos antojos: Cuando todas las comidas contienen proteínas y grasas, el nivel de azúcar en sangre se mantiene estable. No hay bajones ni momentos repentinos de "necesito una galleta". Incluso puede que te olvides de los antojos.
- Energía más estable: Una vez que te has adaptado a la grasa (normalmente en la segunda semana), la energía tiende a ser... uniforme. No hay bajón después de comer, ni montaña rusa. Sólo un zumbido constante durante todo el día.
- Claridad mental: Esto suena falso hasta que ocurre. Para algunos, el aumento de la dependencia de las cetonas para la energía cerebral durante la cetosis puede contribuir a un enfoque más nítido y menos niebla mental. Piensa: menos momentos de "espera, ¿por qué he entrado en esta habitación?
- Simplificado todo: Planificar las comidas es más rápido. La compra es más corta. Cocinar es mucho más fácil. No tienes que hacer malabares con 12 ingredientes, estás cocinando carne. Listo.
- Mejor control del apetito: Las grasas y las proteínas sacian durante más tiempo. Algunas personas cambian de forma natural a dos comidas al día sin ni siquiera intentarlo. Dejas de picar porque, sinceramente, no tienes hambre.
- Posible pérdida de peso: Si vienes de una dieta estándar alta en carbohidratos, perder algunos kilos (especialmente de agua) no es raro. Puede que la báscula se mueva, pero lo que realmente importa es cómo te sientes.
No todo el mundo los obtiene todos, y algunos beneficios aparecen más tarde que otros. Pero al cabo de 30 días, la mayoría de las personas saben si la dieta les está ayudando o sólo les hace echar de menos los arándanos. En cualquier caso, es una información valiosa.
Consejos para una dieta carnívora
Seamos realistas: comer sólo carne durante 30 días suena sencillo hasta que tu cuerpo se vuelve loco al tercer día y empiezas a soñar con tostadas. Un poco de planificación (y un poco de preparación honesta para las partes raras) va un largo camino. Esto es lo que realmente ayuda cuando se hace carnívoro sin perder la cabeza.
No escatimes en grasas.
No es el momento de comer pechuga de pollo y filete magro todos los días. Tu energía procede ahora de la grasa, no de los carbohidratos, así que opta por cortes grasos como el costillar, la panceta de cerdo y el salmón. Si estás constantemente hambriento o tienes un bajón a media tarde, lo más probable es que no estés comiendo suficiente grasa.
La sal no es opcional.
En serio. Cuando eliminas los carbohidratos, tu cuerpo pierde una tonelada de agua, y con ella, de sodio. Espolvorea sal marina en serio. Algunas personas incluso añaden sal al agua o beben caldo de huesos para mantener el equilibrio. Es raro al principio, pero marca una gran diferencia.
Haz caso a tu apetito (pero no te fíes los primeros días).
Tus señales de hambre van a ser raras al principio. Un día querrás comerte toda la nevera. Al siguiente, cero interés por la comida. Es normal. No fuerces, pero tampoco comas poco. Una vez que tu cuerpo se adapte, las cosas se estabilizarán.
Hazlo estúpidamente simple.
No necesitas cinco recetas nuevas cada semana. Encuentra algunas comidas que te gusten y ve rotándolas. Si te encantan los huevos revueltos con carne picada, conviértelos en tu plato favorito. Nadie gana puntos por su creatividad si está agotado a la segunda semana.
No te asustes por la ceto-gripe.
Sí, es un asco. Puede que la primera semana te sientas confuso, cansado o de mal humor. Es tu cuerpo cambiando de fuente de energía. Mantente hidratado, toma electrolitos y sigue adelante. Normalmente mejora en 3 a 14 días, dependiendo de la adaptación de tu cuerpo a la cetosis.
Acepta que esto no es para siempre.
Para la mayoría de la gente, los carnívoros no son un estilo de vida permanente. Se trata de un experimento de eliminación, un reinicio o una forma de descubrir qué le gusta a tu cuerpo. Entra con curiosidad, no con perfeccionismo, y toma notas por el camino.

Desafíos comunes y cómo afrontarlos
Carnivore parece sencillo, pero conlleva algunos problemas. Esto es lo que suele surgir y cómo afrontarlo sin abandonar el quinto día:
- Gripe ceto: Dolores de cabeza, fatiga, niebla cerebral. Es tu cuerpo adaptándose a la ausencia de carbohidratos. Añade sal, bebe más agua y aguanta. Suele durar unos días.
- Harto de carne: Comer todos los días lo mismo cansa enseguida. Rote las proteínas: utilice cordero, pescado, órganos, pollo, lo que encuentre. Cambia los métodos de cocción si es necesario.
- Problemas digestivos: El estreñimiento o las heces blandas no son infrecuentes. Tanto el exceso como la falta de grasa pueden ser perjudiciales. Ajústate y observa qué te ayuda.
- Las comidas sociales se complican: La mayoría de la gente no entenderá por qué haces esto. Come antes de salir o trae tu propia comida. Sáltate las explicaciones si quieres.
- Cambios de hambre: Algunos días querrás cinco filetes. Otros días, cero apetito. Eso es normal. Come cuando tengas hambre. No lo fuerces.
- Sale caro: Un filete de costilla todas las noches se acumula. Utiliza cortes más baratos como carne picada, paleta de cerdo o pollos enteros. No necesitas cortes de primera calidad para hacerlo bien.
¿Qué ocurre a los 30 días?
Después de 30 días comiendo sólo alimentos de origen animal, probablemente tengas una idea más clara de cómo reacciona tu cuerpo. Puede que te sientas más ligero, más concentrado, menos hinchado... o puede que simplemente te apetezca un plátano. En cualquier caso, ahora es cuando entra en juego la parte experimental. Ahora es el momento de decidir si quieres seguir adelante, empezar a reintroducir alimentos o cambiar a una versión más relajada como la 80/20 carnívora.
Si estás reintroduciéndolos, ve despacio. Añade una cosa cada vez -tal vez huevos si los eliminaste, o un puñado de bayas- y observa cómo responde tu cuerpo. Algunas personas siguen siendo totalmente carnívoras porque se sienten muy bien. Otras lo utilizan como un reset y luego hacen la transición a algo más equilibrado. No hay una forma correcta de hacerlo. Ya has hecho la parte difícil. Ahora se trata de construir algo que se adapte a tu vida real.
Conclusión
Si has llegado hasta aquí -o te lo estás planteando seriamente- ya sabes que éste no es un plan de comidas al uso. Es restrictivo, un poco intenso y definitivamente no está de moda en el sentido del batido de col rizada. Pero para mucha gente, 30 días de comer sólo carne es un reset que realmente funciona. Se acabó el pensar demasiado qué comer, el leer las etiquetas y las montañas rusas de azúcar en sangre. Sólo carne, sal y un plan.
¿Es sostenible a largo plazo? Puede que sí. Puede que no. Pero 30 días es tiempo suficiente para aprender algo sobre tu cuerpo, tus hábitos y lo bien que te puedes sentir cuando dejas de hacer ruido. Quédate con lo que funcionó. Deshazte de lo que no. Y si alguna vez quieres volver a hacerlo, ya tienes el plan.
PREGUNTAS FRECUENTES
1. ¿Puedo tomar café con la dieta carnívora?
Técnicamente no, pero la mayoría de la gente sigue tomándolo, sobre todo durante la versión de 30 días. Solo hay que omitir los edulcorantes y las cremas.
2. ¿Tengo que comer vísceras?
No, pero pueden ayudar con nutrientes como el hígado, pueden aportar nutrientes como el hierro, la vitamina A y la vitamina C, que pueden ayudar a resolver posibles problemas de nutrientes. Si no te gusta el hígado, no lo fuerces. Limítate a lo que realmente vas a comer.
3. ¿Cuánto debo comer al día?
Tanto como necesites para sentirte saciado. Sin contar calorías. Come cuando tengas hambre y deja de comer cuando no la tengas.
4. ¿Puedo cocinar con especias y hierbas?
Sal y pimienta siempre están bien. Algunas personas utilizan ajo, pimentón o hierbas. Tú decides. Si te ayuda a seguir el plan, hazlo.
5. ¿Cuál es la mejor carne para comer?
Los cortes grasos son la clave: piensa en el costillar, la panceta de cerdo, la carne picada (80/20), los muslos de pollo con piel y el salmón. La carne magra te dejará agotado.
6. ¿Está bien hacer ejercicio en un carnívoro?
Sí. Algunas personas dicen que tienen mejor resistencia o una recuperación más rápida. Sólo asegúrate de comer lo suficiente, especialmente grasas.